La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sido muy clara a la hora de marcar el camino para salir de la pandemia que ha provocado el nuevo coronavirus que azota a la mayoría de los países del mundo en este 2020: hay que romper las cadenas de transmisión. Esto se consigue aislando los casos positivos y garantizando la protección de quienes están en primera línea. Como ha expresado el propio ministro de Sanidad, sobre los profesionales sanitarios descansa la respuesta al coronavirus. Protegerles es garantizar la respuesta sanitaria y romper cadenas de transmisión sobre poblaciones vulnerables.
SATSE realiza un seguimiento diario de la situación que se vive en los centros sanitarios de todo el Estado, tanto de Atención Especializada como de Atención Primaria, y otros centros sociosanitarios, como residencias de mayores, y sigue constatando importantes problemas de desabastecimiento de los distintos elementos que configuran los equipos de protección individual (EPIs), como mascarillas, guantes o batas.
Aumenta el riesgo
Ante esta lamentable realidad, el Sindicato de Enfermería ha vuelto a hacer un llamamiento al Ministerio de Sanidad, administración competente tras la declaración del Estado de Alarma, para que abastezca de estos equipos a los centros sanitarios de todo el Estado. En manos del Ministerio de Sanidad está resolver la situación de indefensión que sufren las enfermeras y enfermeros, así como otros profesionales sanitarios. Esa situación pone en grave riesgo su salud y la de sus pacientes a los que atienden.
Asimismo, el Sindicato denuncia que se están dando muchas situaciones en las que el acceso y uso a estos equipos está siendo restringido. En algunos casos por debajo de las necesidades, llegando incluso a amenazarse a los profesionales con aperturas de expedientes disciplinarios por la utilización de los equipos de protección individual.
«No se puede permitir que se ponga en riesgo la seguridad de sanitarios y pacientes»
De igual manera, SATSE ha recibido quejas de enfermeras y enfermeros porque en algunos centros se han reducido las situaciones en las que se administra la mascarilla a los profesionales a los momentos en los que se tenga que atender a un paciente en aislamiento protector o aéreo.
La organización sindical es consciente de la situación extraordinaria que estamos atravesando, pero insiste en que «no se puede permitir, en ningún caso, que se ponga en riesgo la seguridad de los pacientes y ciudadanos, así como de los profesionales sanitarios».
Realización de test
Desde SATSE se insiste en que es urgente realizar la prueba de detección del coronavirus a todas las enfermeras y enfermeros y al resto del personal sanitario que pueda ser sospechoso de haberse contagiado, con especial prioridad en los servicios y áreas que forman parte del circuito habitual de los pacientes aislados y/o con sospecha de contagio.
Al respecto, el Sindicato de Enfermería subraya que estas pruebas hay que realizarlas, tanto en los hospitales como en los centros de salud, residencias de mayores y el resto de centros sanitarios y sociosanitarios, reiterando que la seguridad de los profesionales sanitarios es esencial y prioritaria para que éstos puedan seguir combatiendo esta pandemia.
COVID 19
La enfermedad deja en España más de 17.147 personas afectadas. Esta cifra nos sitúa como cuarto país en el mundo en número de casos y segundo en Europa. Los casos acumulados por fecha de notificación son los siguientes:
Por Comunidades Autónomas, y de acuerdo al volcado de datos del 19 de marzo, la situación es:
En cuanto a los casos a nivel mundial, la enfermedad COVID-19 registra más de 243.000 casos en 169 países del mundo. La mayoría en China, allí se han registrado 3.249 muertes. La cifra de recuperados es de 84.942. Fuera de China, Italia es el país con más casos y España, el segundo de Europa y cuarto del mundo, con más de 18.000 casos.
Es especialmente compleja la situación en Italia, supera los 41.000 contagios. Este país está ya por delante de China en muertes, con 3.405. Le sigue Irán con más de 18.400 infectados y 1.284 muertes. La enfermedad tuvo gran incidencia en Corea del Sur en febrero. Este país logró contener la propagación a mediados de marzo.