El Sindicato de Enfermería, SATSE, ha reclamado al ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, que el Gobierno de un paso al frente en favor de las más de 300.000 enfermeras y enfermeros de nuestro país y posibilite la jubilación anticipada voluntaria para estos profesionales sanitarios que trabajan durante más de 40 años en condiciones muy difíciles y penosas que perjudican su salud física, psicológica y emocional con el paso del tiempo y, como consecuencia, la atención y cuidados que recibe el conjunto de la ciudadanía.
En una carta dirigida al ministro de Seguridad Social, el presidente de SATSE, Manuel Cascos, le traslada la honda preocupación que existe entre las enfermeras y enfermeros por las negativas consecuencias que tiene el desarrollo de su labor asistencial y de cuidados en edades avanzadas para su salud y la de los pacientes y la ciudadanía, así como para el funcionamiento del sistema sanitario en su conjunto.
SATSE ya registró en octubre del pasado año ante el Ministerio toda la documentación necesaria para que iniciase el procedimiento que permita la jubilación anticipada. Una demanda que protagoniza todas las acciones reivindicativas y movilizaciones que la organización sindical viene realizando desde septiembre de 2021, como la protestas del Comité Ejecutivo Estatal y de delegadas y delegados ante el Congreso y las concentraciones en los centros de salud y hospitales de todo el Estado, y también la que ha convocado para el próximo 30 de marzo frente a las sedes de los servicios autonómicos de salud.
Condiciones de trabajo
El Sindicato de Enfermería subraya que los enfermeros y enfermeras sufren a diario unas condiciones de trabajo especialmente duras y difíciles, así como unos niveles muy altos de responsabilidad y estrés, que conllevan un envejecimiento prematuro y la aparición de determinadas patologías asociadas, entre otros factores, al trabajo a turnos y nocturno y a todo tipo de riesgos (biológicos, químicos, físicos, mecánicos…).
Esta lamentable realidad que se mantiene de manera constante y continuada durante muchos años provoca, según numerosos estudios e informes nacionales e internacionales, la aparición temprana y de problemas y patologías que no afectan a otros colectivos sanitarios y no sanitarios, y que se agravan con el paso del tiempo.
Por ejemplo, un reciente trabajo científico, publicado en la prestigiosa revista ‘Occupational&Environment Medicine’, concluye que los profesionales que trabajan a turnos tienen un rendimiento significativamente peor, pudiendo sufrir una peor memoria, menor velocidad de procesamiento mental y unos niveles más bajos de alerta y concentración visual.De igual manera, según el estudio, estos profesionales tienen una menor capacidad de controlar sus impulsos y respuestas en cada situación, lo que puede aumentar el riesgo de lesiones y errores involuntarios en el lugar de trabajo. Circunstancias especialmente decisivas en el caso de las enfermeras y enfermeros, al tener que mantener un estado permanente de alerta y vigilancia a la hora de desempeñar su labor asistencial y de cuidados.
Roles de género
Se da la circunstancia, además, de que la dureza de las condiciones laborales del colectivo enfermero no es percibida por nuestra sociedad, ni por la propia administración que debe ser garante de los derechos de trabajadores y ciudadanos, ya que tradicionalmente se les vincula a los roles de género femenino del cuidado y, por ello, no se detecta la necesidad de algún tipo de reconocimiento y compensación, afirman desde SATSE.
Una compleja problemática que no ha sido abordada hasta el momento por las autoridades y responsables sanitarios cuando es algo perfectamente posible, ya que la actual Ley General de la Seguridad Social prevé que la edad mínima exigida para tener derecho a jubilación pueda ser rebajada en aquellas actividades profesionales que sean de naturaleza excepcionalmente penosa, tóxica, peligrosa o insalubre y acusen elevados índices de morbilidad y mortalidad, circunstancias éstas que afectan de lleno a las enfermeras, señala.
Al respecto, SATSE recuerda que distintos colectivos profesionales, como el de los bomberos, la policía autonómica de Euskadi y Cataluña o los policías locales han visto reconocido en los últimos años el derecho a poder adelantar la edad ordinaria de jubilación. “Es una clara deuda pendiente con las enfermeras y enfermeros que, no solo es posible resolver, sino que es absolutamente necesario por la salud y bienestar de todos y todas”, apunta.
Rejuvenecimiento de plantillas
De otro lado, el Sindicato recalca que propiciar la jubilación anticipada conllevaría, además, la contratación de nuevos profesionales en los diferentes servicios de salud, rejuveneciendo de esta manera las plantillas en los hospitales, centros de salud y otros centros sanitarios y sociosanitarios. De esta forma, apunta, se daría solución a la emigración forzosa de enfermeras y enfermeros a otros países en busca de una digna salida laboral.
Por último, el Sindicato de Enfermería incide en que el sistema de jubilación por coeficientes reductores que propone no implica una sobrecarga adicional del sistema público de pensiones ni tampoco de la Seguridad Social, ya que prevé una cotización incrementada que se abonará durante toda la trayectoria profesional de cada enfermera o enfermero.