SATSE recuerda que una mascarilla higiénica, ya sea de tela (reutilizable) o celulosa (no reutilizable), debe tener una alta capacidad de filtrado, y, para ello, ha de cumplir una serie de requisitos de fabricación y estándares de calidad, ya que, en caso contrario, existe un riego claro de posible contagio.
Dado que no resulta fácil diferenciar a simple vista si una persona que acude a un hospital o centro de salud lleva una mascarilla higiénica debidamente homologada, el Sindicato de Enfermería considera que la mejor forma de evitar riesgos en un entorno tan sensible y vulnerable como es el sanitario es proporcionar, al menos, una mascarilla quirúrgica.
“La mayoría de la población está muy sensibilizada sobre la necesidad de usar las mascarillas adecuadas pero el desconocimiento o una mala utilización puede llevar a situaciones donde los profesionales sanitarios y cualquier trabajador o persona se vean expuestos a contagiarse cuando se puede evitar”, apuntan desde la organización sindical.
Mascarilla
En este sentido, SATSE asegura que en algunos centros sanitarios ya se ha optado por dar mascarillas quirúrgicas y no permitir a ninguna persona la entrada a los mismos sin ponérselas, algo que se debe generalizar en el conjunto del Estado, subraya.
El Sindicato reitera que una de las principales prioridades de todas las administraciones sanitarias debe ser la de proteger a sus profesionales sanitarios para que puedan realizar su trabajo con las mayores garantías de seguridad y así poder seguir atendiendo y cuidando a sus pacientes y al conjunto de la ciudadanía.
Al respecto, la organización sindical recuerda que las enfermeras, enfermeros y fisioterapeutas, al igual que el conjunto del personal sanitario, están expuestos a ambientes contaminados o con alto riesgo de contaminación por aerosoles portadores del coronavirus, de ahí la importancia de extremar las precauciones todo lo que sea posible.
Protección y seguridad
“No vemos ninguna razón, ya sea de tipo económico u organizativo, para no posibilitar la entrega de mascarillas quirúrgicas en el conjunto de centros sanitarios a toda persona que pudiera suponer un riesgo para los profesionales y cualquier otra persona que se presente en el mismo por llevar una mascarilla que no resultará finalmente segura y efectiva”, reiteran desde la organización sindical
Por último, SATSE insiste en que se sigue produciendo aún un alto número de contagios entre los profesionales sanitarios, sumando ya un total de más de 123.000 desde el inicio de la pandemia, los cuales, según la evidencia científica, se registran en su mayoría en su lugar de trabajo, por una exposición constante a aerosoles portadores del virus. Por ello, la organización sindical reclama, una vez más, la utilización de mascarillas FFP2 para todo el personal sanitario.