SATSE está estudiando ya la puesta en marcha de una serie de iniciativas para evitar que la “voracidad sin límites de los empresarios de oficinas de farmacia perjudique a nuestro sistema sanitario y a las competencias profesionales reservadas a las enfermeras y enfermeros, ya que, atendiendo a la normativa vigente, su campo de actuación está reducido sustancialmente a aquello que gira en torno al medicamento pero nunca a tareas asistenciales».
El Sindicato recalca que los propietarios de las oficinas de farmacia llevan mucho tiempo intentado aumentar sus ingresos económicos por realizar unas actuaciones sanitarias para las que no están capacitados ni habilitados a través de la mal llamada e inexistente “farmacia comunitaria”. Todo ello sin tener en cuenta lo que establece la normativa sanitaria española al respecto y las posibles consecuencias negativas que algunas de ellas tendrían para la seguridad y salud del conjunto de la ciudadanía, añade.
«Las empresas privadas insisten machaconamente en realizar labores asistenciales que, en absoluto, les competen»
La organización sindical recuerda que los farmacéuticos de las empresas privadas «insisten machaconamente en realizar labores asistenciales que, en absoluto, les competen y lo hacen, a juicio de SATSE, porque detrás de cada una de ellas se esconden intereses económicos para ampliar su margen de beneficio empresarial».
Atención domiciliaria
Al respecto, SATSE señala que se han ofrecido a realizar actuaciones de atención domiciliaria, administración de vacunas, como la de la gripe, revisión de botiquines, seguimiento y asistencia a pacientes crónicos, detección y seguimiento de la diabetes, control del paciente anticoagulado, prevención del ictus y vigilancia y seguimiento a las personas afectadas por la Covid-19, entre otras. También se empeñan en realizar campañas sanitarias como, por ejemplo, las del dolor de espalda, osteoporosis…
«La realización de test en las farmacias podría suponer convertir a las farmacias en un nuevo foco de transmisión y contagio de la Covid-19»
El último intento de mejorar su margen de beneficios ha sido poder realizar los test rápidos de detección del coronavirus en sus propios establecimientos comerciales. La realización de test en las farmacias podría suponer convertir a las farmacias en un nuevo foco de transmisión y contagio de la Covid-19 al no reunir las condiciones de seguridad necesarias, afirma SATSE.
“Desde el más absoluto respeto a su cualificación y profesionalidad les instamos a que, si quieren realizar actividades asistenciales que competen a las enfermeras, enfermeros y médicos, lo que tienen que hacer es cursar los estudios de Grado universitario pertenecientes a estas profesiones porque, si no es así, deben limitarse a desarrollar las funciones y competencias que la normativa establece dado que su formación está centrada y fundamentada en el medicamento”, señala.
Servicios sanitarios públicos
De otro lado, SATSE subraya que, de hacerse realidad estos intentos de los empresarios de farmacias, supondría una clara privatización encubierta de servicios sanitarios públicos que ya prestan de manera gratuita y con todas las garantías las enfermeras, enfermeros y médicos de Atención Primaria, y conllevaría, además, un gasto adicional para las administraciones y el conjunto de la ciudadanía. En definitiva, agrega, “una perversión evidente de nuestra sanidad pública a través de las empresas privadas farmacéuticas, la cuales ya gozan de excelentes privilegios únicos en nuestro país”.
“Las enfermeras, enfermeros y médicos, desde la independencia profesional y sin ningún tipo de interés económico, ejercen y garantizan una atención sanitaria y cuidados de calidad, tanto en los centros de salud como en los domicilios, y una asistencia pública totalmente adecuada a las necesidades que en cada momento pueda tener cualquier persona”, recalcan.
Por ello, el Sindicato de Enfermería tiene previsto reforzar su estrategia de defensa de los intereses de los pacientes y ciudadanía, así como de los profesionales sanitarios, y está trabajando ya en la adopción de nueva iniciativas que nunca hubiera querido poner en marcha pero que el afán desmedido por ganar dinero de los empresarios de oficinas de farmacia a costa del espacio profesional que pertenece a las enfermeras y enfermeros no les ha dejado otra alternativa que acometer, concluye.