Ángela empezó a formarse como enfermera en el año 1966 en la Fundación Jiménez Díaz. Desde aquel momento sentía gran pasión por los niños y su sueño era convertirse en enfermera pediátrica. No fue fácil, pero nunca se rindió. Ángela estudió y trabajó en los años de la dictadura franquista y nos muestra en el programa Enfermería Visible un esbozo de cómo era ser enfermera en esa época, en la que las nuevas tecnologías no existían y las enfermeras vestían con uniformes incómodos.
Cuando terminó la carrera, trabajó dos años en neonatos de la Fundación. Después tuvo que hacer un trabajo que nada tenía que ver con la enfermería, registrando los fallecidos de la Comunidad de Madrid en el departamento de estadística. Cuando le asignaron este puesto se sintió sorprendida e insistió que ella era enfermera, pero al final lo aceptó temporalmente para poder conciliar con su vida familiar. Siguió luchando para trabajar como enfermera. Después fue a Barcelona y allí trabajó en un centro de enfermedades de transmisión sexual y tuvo que lidiar con el desconocimiento de una enfermedad que hoy es conocida de sobra, el sida. También cuidó de una persona con lepra. Ángela guarda dedicatorias de los pacientes que están muy agradecidos por ayudarles a luchar contra la enfermedad.
Superó adversidades por hacer su trabajo de la manera más digna para ella y para los pacientes. Después de varios trabajos finalmente logró conseguir su sueño y trabajar en pediatría de un centro de salud. Ahí demostró que la enfermera podía hacer mucho más que poner vacunas.
Una vez jubilada decidió sacar el título de especialista en enfermería pediátrica. Dice que cuándo se presentó al examen, todos se sorprendieron. Ella sabía que ya no lo iba a necesitar pero era la manera de dar por cumplido su sueño. Ahora escribe libros, imparte charlas a nivel internacional y es la embajadora de la Asociación Española de masaje infantil, AEMI.
Con Ángela hemos aprendido que nunca debes dejar que nada ni nadie te quite la ilusión de ser la enfermera que quieres y que los sueños se cumplen cuando se lucha por ellos.
Después de hacer este reportaje podemos afirmar que una enfermera real también se cansa y se siente desbordada pero nunca abandona porque tiene fuerza, coraje y pasión por la enfermería. Y Ángela, así lo demostró a lo largo de su trayectoria profesional.
¿Quieres conocer cómo ha evolucionado la enfermería en los últimos cincuenta años? Ángela nos lo cuenta en Enfermería Visible.