La promoción de 1969-1972 se reunió en el centro de Murcia con un emotivo encuentro en el que festejar la vida y la enfermería, con el recuerdo de muchas otras compañeras, ya fallecidas, en la memoria, y con el amor eterno hacia el enfermo como disciplina y devoción, explica la enfermera Gloria García, que dedicó toda su vida a la hospitalización quirúrgica y pasó por varios centros hospitalarios de la Región.
En la lucha por y para una profesión que mucho ha cambiado
Ellas fueron de las primeras en lucir con orgullo la cofia blanca y que lucharon por uniformes con capa y medias de seda como en el cine para poder salir a la calle y presumir de carrera, explica Mari Fé Marcelo Nicolás, que dedicó toda su vida a la Anatomía Patológica en el Hospital Provincial y quiso dedicar unos versos a sus amigas: “Hubo que cambiarse ya estando en el hospital, sin vestuario ni duchas y en un sótano infernal” con los uniformes “helados de tanta y tanta humedad”.
Mucho han cambiado las cosas, entonces se afilaban las agujas, no había aulas, y daban las clases y prácticas en un salón de actos, tampoco la sala de enfermería en los hospitales, ni los descansos en la jornada laboral.
La enfermería como vida de trabajo
Araceli fue la compañera, que, junto a otras, se embarcó en la tarea de localizar al resto. A las puertas de la Catedral de Murcia, donde celebraron una misa en memoria de las compañeras y familiares que ya no están, adivinaron quién era quién detrás de las huellas de los años.
«¿Ay!», grita una al descubrir a su compañera antes de fundirse en un abrazo, mientras al lado se repite la escena, con muchos «¿estás igual!». Emocionadas y asombradas se ponen al día y nos explican, orgullosas, qué fue de sus vidas. Algunas optaron por la Pediatría, otras por la investigación, la UCI o la planta quirúrgica.
Seguir en la lucha
Medio siglo después volvió a reunirse aquel grupo de jovencitas o el mayor número de protagonistas de la foto de 1969, con un mensaje a la Enfermería, que ha sido la vida de todas y cada una de ellas.