SATSE subraya que el hecho de que España solo cuente con 3 camas hospitalarias por 1.000 habitantes conlleva distintos efectos perjudiciales para los pacientes, entre ellos, el aumento de los tiempos de espera para poder ser operado, “un grave problema que ha empeorado en los últimos años mientras el conjunto de administraciones sanitarias, tanto a nivel estatal como autonómico, no hacen prácticamente nada para solucionarlo”, añade.
Al respecto, el Sindicato de Enfermería recuerda que los últimos datos dados a conocer por el Ministerio de Sanidad constatan que hay más pacientes que nunca esperando en España a ser operado (793.521 personas), además de haber aumentado el tiempo medio para una intervención (122 días) y el porcentaje de pacientes que aguardan más de seis meses (22%).
Precariedad contractual
Asimismo, SATSE, primer sindicato de la sanidad pública en nuestro país, afirma que también permitiría un claro dimensionamiento de centros de salud para descongestionar la Atención Primaria, sin olvidar la reducción de las listas de espera; corregir la actual precariedad contractual del personal eventual y también corregir la grave falta de enfermeras en nuestros país que tiene en jaque la seguridad del paciente en el conjunto de centros sanitarios y sociosanitarios que dan cobertura asistencial a 47 millones de personas.
Sin embargo, asevera el Sindicato, la administración pública apuesta cada año por desviar dinero público a la sanidad privada a pesar de que organizaciones de usuarios aseguran que el coste en un hospital público concertado multiplica por 11 el de uno de gestión pública directa.
Precariedad de los salarios
“La patronal de la sanidad privada afirma que el coste en diversos procesos abordados en sus centros sanitarios es inferior al que cuesta en la pública, y pone como ejemplo la reducción de costes de amigdalectomía, cataratas, hernia inguinal y prótesis de cadera, cifrándolas en una reducción del 62%, 46%, 43% y 50%, respectivamente, pero se le olvida hacer público que en muchos hospitales de la privada no se tienen concertados con diversas aseguradoras privadas procesos oncológicos, trasplantes, diálisis, cirugía compleja, neurología, radioterapia, cirugía cardiaca, etc..”, señala.
Según SATSE, también se les olvida informar públicamente de la precariedad de los salarios de los trabajadores en la sanidad privada, a excepción de los médicos; de la sobrecarga laboral y profesional que asumen las enfermeras, con hasta 25 y 30 pacientes en hospitalización y hasta 4 y 7 pacientes en las Unidades de Cuidados Intensivos, evidenciando las exiguas plantillas existentes.
Discriminación inaceptable
Otro aspecto sobre el que la sanidad privada no informa es la “discriminación inaceptable” que sufren el conjunto de sus trabajadores respecto de sus compañeros de la sanidad pública en cuanto a jornada laboral, licencias y permisos, etc.
Todo ello, resalta, permite a la sanidad privada ofrecer costes más reducidos respecto de la pública, pero a costa de la seguridad del paciente y de la reducción salarial y derechos de los trabajadores a excepción del personal médico, “pues ya lo afirmó públicamente un alto ejecutivo de las clínicas privadas, asegurando que sus clientes no son los pacientes sino los médicos que me traen a operar a los pacientes”. Esta frase es determinante para entender el negocio de la sanidad privada que hace millonarios a empresarios a costa de la enfermedad de las personas, recalca.
Por último, SATSE considera inaceptable el desvío de 8.500 millones de euros de dinero público a la empresa sanitaria privada, mientras los quirófanos y consultas de la sanidad pública solo funcionan, de lunes a viernes por la mañana, y las altas hospitalarias se centran también mayoritariamente de lunes a viernes en turno de mañana. “Así, el tapón que genera la estructural falta de camas en nuestros hospitales sigue sin resolverse y tampoco hay voluntad política e institucional por hacerlo”, concluye.