En una carta dirigida al ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, el presidente de SATSE, Manuel Cascos, le recuerda que el pasado 5 de octubre de 2021 se solicitó formalmente a su departamento el inicio de los trámites necesarios para proceder a la regulación de un coeficiente reductor de la edad de jubilación en favor de las enfermeras y enfermeros que prestan sus servicios en el ámbito sanitario o socio sanitario de nuestro país.
Una reclamación que se sustenta en el hecho de que la Ley General de la Seguridad Social prevé la posibilidad de rebajar la edad mínima de jubilación por razón de la actividad, en aquellos grupos o actividades profesionales cuyos trabajos sean de naturaleza excepcionalmente penosa, tóxica, peligrosa o insalubre y acusen elevados índices de morbilidad o mortalidad.
Otros colectivos, sí
Al respecto, el Sindicato subraya que, transcurridos ya cerca de 18 meses, las enfermeras y enfermeros de nuestro país aún no han obtenido ninguna respuesta oficial por parte del Ministerio a una demanda que también fue la de otros profesionales, como los policías, bomberos, mineros o toreros, y que sí lograron hace años.
«La discriminatoria brecha por razón de género que, en lugar de haber desaparecido ya hace años, se mantiene y perpetúa en el tiempo»
“Dado que la Enfermería es una profesión mayoritariamente femenina, con en torno a un 85 por ciento de mujeres, se está produciendo una discriminatoria brecha por razón de género que, en lugar de haber desaparecido ya hace años, se mantiene y perpetúa en el tiempo. Algo que no es propio de un gobierno progresista que asegura defender siempre, y en todos los ámbitos, la igualdad entre hombres y mujeres”, señala.
SATSE viene advirtiendo desde hace mucho tiempo de que la calidad y seguridad de la atención y cuidados que ofrece nuestro sistema sanitario a más de 47 millones de personas se ven seriamente afectados por las condiciones especialmente duras y penosas que sufren los profesionales de Enfermería.
Sobrecarga asistencial
En concreto, las enfermeras y enfermeros sufren a diario una continua sobrecarga asistencial y unos niveles muy altos de responsabilidad y estrés que, junto con la exposición a distintos riesgos (biológicos, químicos, físicos, psicosociales…) y a condiciones, como el trabajo a turnos y por las noches, conllevan la aparición de determinadas patologías y problemas de salud que empeoran con el paso de los años, recalca.
«No acceder a la jubilación anticipada y voluntaria tiene consecuencias claras y directas en la atención al paciente»
“Una lamentable realidad que tiene consecuencias claras y directas en la atención al paciente, ya que los enfermeros y enfermeras, por la naturaleza de nuestro trabajo y la complejidad del mismo, necesitan una pericia y habilidades específicas, así como un estado de permanente alerta y vigilancia, que se ve afectadas a causa de la evolución cronológica natural de las personas”, apunta.
40.000 escritos de enfermeros y enfermeras
Ante esta clara deuda pendiente por parte de la administración con las enfermeras de nuestro país, SATSE confía en que el Ministerio de Seguridad Social se “digne” a informar a la mayor brevedad posible a los profesionales afectados sobre los avances o trabajos realizados al respecto.
Esta carta se suma a los más de 40.000 escritos de enfermeros y enfermeras que también se han dirigido personalmente al ministro de Seguridad Social, y que forman parte de la estrategia de actuación de la organización sindical, la cual no cejará en su empeño de lograr la jubilación anticipada voluntaria para los profesionales sanitarios que constituyen un pilar y motor imprescindible para la sanidad de nuestro país.
