Tres de cada diez centros de salud de nuestro país sufren problemas de calidad en el aire que respiran sus profesionales y pacientes, al superarse en determinadas estancias, como las salas de extracciones, el máximo recomendado de dióxido de carbono (CO2), algo que también sucede en las habitaciones de hospitalización de Neumología del 26 por ciento de los hospitales analizados por un estudio del Sindicato de Enfermería, SATSE.
El análisis ha sido realizado por personal entrenado, mediante un dispositivo validado y recomendado por expertos
El estudio realizado por SATSE ha analizado las condiciones de ventilación a través de una medición de CO2 en determinadas estancias de cerca de 200 hospitales y centros de salud del conjunto del Estado, llegando a la conclusión de que se mantienen espacios insalubres y perjudiciales para la salud de pacientes y profesionales, principalmente por la falta de inversión adecuada en infraestructura y tecnología que garantice una calidad adecuada del aire por parte de las distintas administraciones públicas. El análisis ha sido realizado por personal entrenado, mediante un dispositivo validado y recomendado por expertos.
Una situación que preocupa especialmente al Sindicato de Enfermería en el actual contexto de ahorro energético por la escalada de precios y que puede llevar a las administraciones a querer reducir aún más los gastos derivados del mantenimiento y mejora de los sistemas de ventilación y climatización necesarios en los centros sanitarios de nuestro país. “Hay que tener en cuenta, además, que con la llegada del otoño e invierno, la ventilación natural se limita al mantener más tiempo las ventanas cerradas para evitar el enfriamiento de las diferentes estancias”, añade.
Máximos recomendadas
En lo que respecta a los centros de salud, más de un 34 por ciento de las salas de extracción analizadas por SATSE supera el máximo recomendado de concentración de CO2 (800 ppm), el cual puede causar desde dolor de cabeza, mareos, somnolencia, baja atención y rendimiento, además de ser un claro indicador de mala ventilación aumentando, por tanto, la capacidad de transmisión de patógenos que causan enfermedades respiratorias.
Entre las causas, alta ocupación por metro cuadrado, falta de control y la escasa inversión
Se trata de una situación que el Sindicato de Enfermería achaca, más allá de la heterogeneidad de las características estructurales de las salas de extracción de los centros de salud, a su alta ocupación por metro cuadrado, a la falta de control del aire ambiente y la escasa inversión en mejoras de estas infraestructuras sanitarias.
Ventilación natural
Otro aspecto analizado es si estas estancias cuentan o no con ventilación natural como herramienta de contingencia que facilita una rápida renovación del aire ambiente, ya que si este no se renueva convenientemente, hay una mayor capacidad de transmisión de agentes patógenos, como los virus de la gripe, COVID, o el virus sincitial respiratorio (VRS), entre otros. Al respecto, ocho de cada diez salas de extracciones analizadas cuentan con capacidad de ventilación natural, aunque sería deseable, según SATSE, que existiera esa posibilidad en todas, ya que el índice de ocupación por metro cuadrado es alto.
De otro lado, y centrándose en lo que sucede en las habitaciones de las unidades de Neumología de los hospitales, más de un 22 por ciento de las habitaciones individuales superan el nivel máximo de CO2 recomendado, subiendo la cifra a más de un 26 por ciento en el caso de las habitaciones dobles.
Polivalencia
Una situación que SATSE atribuye a la falta de espacios habilitados para el aislamiento individual, la polivalencia en la ocupación de estas habitaciones, la posible ineficiencia del control del aire ambiente y la escasa inversión en la mejora de estos servicios por parte de las administraciones públicas competentes.
Asimismo, ocho de cada diez habitaciones de los servicios de Neumología estudiados cuentan con capacidad de ventilación natural, aunque sería deseable que existiera esa posibilidad en todas las habitaciones, máxime cuando se ha constatado que estos espacios se utilizan de forma polivalente, convirtiéndose en habitaciones con ocupación individual, doble, e incluso triple, en función de la demanda.
UCI
En el caso de las estancias (boxes) que se encuentran en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), la situación mejora y el 90 por ciento se encuentra por debajo del nivel máximo de CO2 recomendado. Hay que tener en cuenta que estos espacios suelen tener acceso restringido, uso no polivalente y ocupación del box por un equipo profesional ajustado a la actividad a realizar. Además, en la mayoría de los casos, los hospitales han realizado una inversión importante en la adecuación de infraestructura y equipamiento, algo que se nota en sus resultados y que refrendan las conclusiones de SATSE.
Por último, el estudio realizado por el Sindicato de Enfermería concluye que sólo un tercio de los espacios UCI estudiados (34,3 por ciento) tienen capacidad de ventilación natural, siendo dependientes de distintos sistemas de aire forzado que no en todos casos cumplen con los requisitos técnicos que garantizan una ventilación eficaz y segura.