Se diagnosticarán 43.370 nuevos casos de cáncer colorrectal en 2022, lo que representa una media de uno cada doce minutos y lo sitúa como el tipo de cáncer más frecuente, según advierte la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) en su último informe sobre las cifras del cáncer en España. Aunque la incidencia del cáncer colorrectal ha aumentado un 4,7% en los últimos cinco años, la mortalidad no está aumentando gracias a los programas de detección precoz y a la mejora de los tratamientos.
Estos son los diferentes grupos de riesgo que podemos distinguir a grandes rasgos:
- Bajo riesgo: población menor de 50 años sin antecedentes familiares ni personales de CCR, pólipos, o enfermedad inflamatoria intestinal. No se indican medidas de diagnóstico precoz a no ser que presenten síntomas o signos de sospecha de patología.
- Moderado riesgo: población mayor de 50 años sin antecedentes familiares o personales de interés. Se recomiendan medidas de diagnóstico precoz, tanto en hombres como mujeres, con prueba o test de sangre oculta en heces, recto-sigmoidoscopia, o colonoscopia completa.
- Alto riesgo: población con antecedentes familiares o historia personal de pólipos (o adenomas) o cáncer de colon, o enfermedad inflamatoria intestinal.
No obstante, y de manera general, hay unas pautas comunes que pueden ayudar a prevenir el cáncer colorectal o, por lo menos, detectarlo en la fase precancerosa (en forma de pólipo) o con cáncer pero en estadio temprano. Son estas:
1. Realizar pruebas de cáncer colorrectal
En primer lugar, la importancia de las medidas de screening. El primer nivel de estas pruebas se realiza desde Atención Primaria . La enfermería juega un papel fundamental. El primer cribado es una prueba de sangre oculta en heces (TSOH) .
En España, este programa se incorporó a la cartera común de servicios del Sistema Nacional de Salud en el año 2014 (Orden SSI/2065/2014) especificando que las comunidades y ciudades autónomas tendrían 5 años para iniciar su implantación y 5 más para alcanzar una cobertura próxima al 100% de la población. Así mismo, se concretaron las bases para ofrecer su realización en forma de programas organizados de carácter poblacional:
- Población objetivo: hombres y mujeres de edades comprendidas entre 50 y 69 años.
- Prueba de cribado: sangre oculta en heces.
- Intervalo entre exploraciones: 2 años.
Las enfermeras de Atención Primaria también son responsables de facilitar en una consulta específica a las personas con resultado positivo en TSOH que van a realizarse la colonoscopia de confirmación diagnóstica, información sobre aspectos como el refuerzo sobre la información médica recibida, la aclaración de dudas y la información sobre la dieta a seguir, la preparación previa a la colonoscopia y sobre las posibles complicaciones post-colonoscopia.
2. Prestar atención a deposiciones y hábitos intestinales
Es importante conocer cómo funciona nuestro cuerpo y detectar cuando algo va mal. Si notas algunos cambios en tus deposiciones como sangre en las heces, cambios en el ritmo intestinal, dolor o molestias abdominales, pérdida de peso sin causa aparente y aparición de cansancio puede que estés ante algún síntoma del cáncer colorrectal.
3. Vida activa y saludable
Enfermería emplea estrategias educacionales para concienciar sobre la importancia de actuar para modificar hábitos de vida que puedan suponer factores de riesgo modificables, así, se debe inculcar el minimizar el consumo de carne y combinarlo con actividad física, ingesta de fibras y disminución del alcohol y tabaco. Las recomendaciones serían las siguientes: actividad a intensidad de moderada a vigorosa disminuye el riesgo; limitar el tiempo de estar sentado(a) o acostado(a).
También es importante vigilar el sobrepeso o la obesidad, dado que aumentan el riesgo de cáncer colorrectal tanto en los hombres como en las mujeres.
4. Alimentación equilibrada
Dentro de la prevención primaria del cancer de colon se encuentra seguir una dieta equilibrada y reducir ciertos consumos:
- Reducir el consumo de carne roja (fritas, en barbacoa o procesadas).
- Aumentar el contenido de cereales integrales, legumbres, frutas y verduras en la dieta (al menos 5 raciones al día).
- Limitar el consumo de alimentos con alto contenido calórico (alto contenido de azúcares y grasas). AUnque no se
- Evitar las bebidas azucaradas.
En general, una alimentación con un alto contenido de frutas, verduras y alimentos integrales (y con un bajo contenido de carnes rojas y procesadas) probablemente reduce el riesgo de cáncer colorrectal.
5. Reducir el consumo de alcohol y tabaco
El hábito de fumar por un tiempo prolongado está relacionado con un mayor riesgo de cáncer colorrectal, así como de muchos otros cánceres y con problemas de salud. Dejar de fumar puede contribuir en la reducción de su riesgo de cáncer colorrectal, además de muchos otros tipos de cáncer.
Así por ejemplo, es bien conocido que el consumo excesivo de alcohol es un factor de riesgo, tanto en hombre como en mujeres, para el desarrollo de cáncer de colon y de recto. Un reciente análisis conjunto de 8 estudios de cohorte, que incluía medio millón de personas de 5 países distintos (11), mostró que el riesgo estaba aumentado a partir de un consumo de 30 gramos de alcohol por día, y era independiente del tipo de bebida consumida.