Cáncer de mama, el gran iceberg

Cáncer de mama, el gran iceberg

Cáncer de mama, el gran iceberg
1 de cada 8 mujeres tendrá cáncer de mama a largo de su vida. La concienciación de la población, la detección precoz y la financiación de la investigación siguen siendo las principales líneas de acción. Pero el cáncer de mama es un gran iceberg, por eso los esfuerzos se centran también en ayudar a las mujeres durante todo el proceso y cuidar los efectos secundarios de los tratamientos y la enfermedad. Iniciativas como la micropigmentación mamaria, llevada a cabo por enfermeras, ayudan a las pacientes a cerrar el ciclo.

Cada 19 de octubre el mundo entero se tiñe de rosa. El lazo es algo simbólico, pero cada gesto cuenta para concienciar a la sociedad de que el cáncer de mama es un problema de todos, un gran iceberg que abarca muchos ámbitos de la vida y de que se necesita más investigación para poder seguir salvando vidas.

La detección precoz y la vigilancia siguen siendo los mejores aliados de la mujer porque, a pesar de las elevadas tasas, cada vez son más las que superan la enfermedad. El 90% de las mujeres que han padecido este tipo de cáncer siguen vivas al menos 5 años después.

Durante los meses de tratamiento hay muchas cosas que cambian en el cuerpo de una mujer con cáncer de mama

La investigación sigue siendo el foco en el que se centran gran parte de los esfuerzos, por eso desde la Asociación Española contra el Cáncer nos invitan a sumarnos al rosa, entrar en su web y colaborar comprando alguno de sus productos solidarios.

“Quien no pasa por ello no sabe lo que es”

Pero no solo hay que poner el foco en los tratamientos, el cáncer de mama deja muchas e importantes secuelas en quienes lo padecen. Por eso cada vez más se intenta cuidar esos pequeños efectos colaterales de los tratamientos y la enfermedad que, aunque en ocasiones puedan parecer menos importantes, forman parte del día a día. Aprender a maquillarse, a ponerse el pañuelo o la micropigmentación mamaria que llevan a cabo las enfermeras, son algunas de las iniciativas más y mejor valoradas.

El día 19 habrá actos, marchas y celebraciones a nivel mundial pero la reivindicación se extiende a todo el mes de octubre, el mes de la sensibilización sobre el cáncer de mama: el mes rosa.

Cáncer de mama en cifras

Las cifras hablan por sí mismas. Cada año se diagnostican 1,38 millones de casos en el mundo. Ya no es algo ajeno o poco frecuente, 1 de cada 8 mujeres tendrá cáncer de mama a lo largo de su vida.

El cáncer de mama es el tumor más frecuente en las mujeres occidentales. Solo en España se diagnostican alrededor de 33.307 nuevos al al año.

¿Sabías que hay varios tipos de cáncer de mama?

Como en casi cualquier tipo de enfermedad, aquí también hay letra pequeña. Hay diferentes tipos de cáncer de mama:

Carcinoma in situ

Es una proliferación celular maligna que ocurre en el interior del conducto mamario, sin traspasar la pared del mismo, es decir, sin que exista invasión o infiltración del tejido que lo rodea. Puede ser:

  • Carcinoma ductal in situ. Las células que revisten a los conductos galactóforos del seno (por donde circula la leche), se han convertido en cáncer, pero no se han propagado al tejido mamario circundante.
  • Carcinoma lobulillar in situ. Hace años, el carcinoma lobulillar in situ se consideraba una lesión premaligna, sin embargo, en la actualidad se entiende como un marcador que identifica a mujeres con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama invasivo. El término más adecuado es el de neoplasia lobular.

Carcinoma invasivo o infiltrante

Es una proliferación maligna que traspasa la frontera natural anatómica del ducto o el lobulillo, invadiendo parte del tejido circundante. Puede ser de varios tipos:

  • Carcinoma ductual invasivo. Se originan en las células que revisten los conductos galactóforos y se disemina a otras partes de la mama o del cuerpo (a través de la sangre y el sistema linfático). Es el tipo más frecuente, representando el 80% de los cánceres infiltrantes de mama.
  • Carcinoma lobulillar invasivo. Se originan en las células de los lobulillos mamarios, donde se produce la leche. Su incidencia es mucho menor, del 10%.

Durante el proceso hay pequeños detalles que ayudan

Detalles que a simple vista pueden parecen superficiales, como aprender a maquillarse las cejas o encontrar una buena peluca, durante el proceso oncológico pueden llegar a ser determinantes para el buen estado psicológico de las pacientes.

1 de cada 8 mujeres tendrá cáncer de mama a largo de su vida

Durante los meses de tratamiento hay muchas cosas que cambian en el cuerpo de una mujer con cáncer de mama. A la pérdida del pecho se unen los daños en la piel, la caída del pelo y en muchos casos las cejas y las pestañas. Por eso cada vez más los hospitales españoles también crean unidades y proyectos destinados a esos daños colaterales del cáncer de mama. Como por ejemplo los talleres de maquillaje.

«Estás un rato con compañeras que están pasando por lo mismo, intercambias experiencias”, nos comentaba una de las asistentes al taller de maquillaje organizado por la Asociación Española Contra el Cáncer al que acudimos hace unos años. Y es que este tipo de iniciativas también pretenden descargar tensión, sincerarse y que se sientan en familia.

Un proceso que no termina con la quimio

Muchas veces, las enfermedades se viven con distancia, la distancia que da el no haberlas padecido. Y, a pesar de su alta incidencia, el cáncer de mama es una de ellas y no está de más recordar la amplitud de su alcance.

Es un proceso largo y doloroso que no termina con la mastectomía. Por eso muchas de las mujeres, cuando ya ha pasado lo peor, deciden que quieren volver a recuperar su pezón.

“Es la guinda al pastel” nos comentaba Lola en una de sus revisiones. Ella es una de las mujeres que han pasado por el Ramón y Cajal para someterse a la sesión de micropigmentación mamaria que lleva a cabo un equipo de enfermeras del hospital.   “Quien no pasa por ello no sabe lo que es”, nos dice Laura con una sonrisa en la boca. A ella le detectaron el cáncer de mama hace cuatro años, con dos niños pequeños y en la mejor etapa de la vida. Después de una doble mastectomía, una reconstrucción y seis meses de quimio conoció esta técnica y quiso terminar el ciclo e intentar pasar página. Ese verse “un poco más como era antes” les ayuda, nos dice, a terminar un capítulo de su vida.

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