Niñas hoy, líderes mañana

Niñas hoy, líderes mañana

Hoy se celebra el Día Internacional de la niña con el fin de concienciar sobre la situación de las niñas en el mundo. Lamenteblemente, el sexo con el que nacemos, determina en gran medida las oportunidades de una persona para tener derecho a la salud, la educación o la protección entre otros.

El 19 de diciembre de 2011, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 11 de octubre Día Internacional de la Niña. Su objetivo: reconocer sus derechos y los desafíos  a los que se enfrentan por el simple hecho de haber nacido con los cromosomas XX.

Ser mujer en este mundo implica sufrir desigualdad desde la misma infancia. En el mundo viven más de 1,1 mil millones de niñas. Según datos de UNESCO, 32 millones de esas niñas en edad de ir a la escuela primaria y 97 millones en edad de asistir a la escuela secundaria no tienen acceso a la educación por diferentes motivos. Esta situación, afecta de manera determinante en su futuro.

Muchas niñas, especialmente las nacidas en países menos desarrollados social y económicamente sufren prácticas horribles, como la mutilación genital , el matrimonio infantil, abusos sexuales, explotación o incluso la muerte por preferir un hijo varón. Además, suelen recibir menos asistencia sanitaria y alimentos.

Una educación que ponga en valor a las niñas

«Su educación, nuestro futuro», es el eslogan de la campaña que llevada a cabo por la UNESCO, y que tiene por objeto acelerar los esfuerzos realizados en favor de la educación de las niñas, así como el fomento del liderazgo femenino, a partir de compromisos políticos y financieros.

Garantizar el derecho de todas las niñas y mujeres jóvenes a una educación de calidad debe ser una prioridad mundial. Un estudio reciente del Banco Mundial concluye que «las escasas oportunidades educativas de las niñas y los obstáculos que les impiden completar 12 años de educación ocasionan a los países pérdidas de productividad e ingresos a lo largo de toda la vida que oscilan entre los USD 15 billones y los USD 30 billones». Una situación que ,si se revierte, podría mejorar la situación de familias, comunidades e incluso países.

Pero no se trata solo de que asistan a la escuela, sino de que puedan hacerlo en un ambiente seguro en el que se las respete y se les permita completar todos los niveles de educación. Los prejuicios de género en las escuelas refuerzan los mensajes que afectan  al rol que las niñas perciben que deben tener en la sociedad. Además, afectan a las ambiciones que las menores puedan tener y producen disparidades en la participación en el mercado laboral .

Promocionar escuelas seguras e inclusivas, invertir en docencia, planes de estudio y materiales pedagógicos más sensibles al género es el principio del cambio.  Creando niñas empoderadas hoy, aseguramos un futuro de empresarias, líderes políticas, madres, mujeres trabajadoras, mentoras, etc que trabajen por un mundo más justo e igualitario.

Por su derecho a la salud

La educación no es el único derecho universal que las niñas del mundo ven vulnerado. El derecho a la salud también está en jaque  y provaca muertes y enfermedades evitables. Además, según Unicef , por cada dólar invertido en la salud y los derechos sexuales y reproductivos de las adolescentes se generarán unos beneficios económicos de hasta 120 dólares, lo que se traduce en una mejora de la salud y un aumento de las oportunidades económicas.

La pobreza, los estigmas y las complicaciones para acceder a servicios básicos como el agua o los inodoros provocan que las necesidades de higiene y salud menstrual de millones de niñas no estén satisfechas. Esto aumenta el riesgo de padecer infecciones, de enfermar y de que se produzcan complicaciones que pongan el riesgo la vida de las menores.

Los frutos de una educación igualitaria están comenzando a palparse. Cada vez observamos cómo más jóvenes y adolescentes están preocupadas por problemas sociales, dee salud, políticos y ambientales, y están movilizándose por el cambio.

Niñas activistas dispuestas a mejorar el mundo

Que las niñas están rompiendo límites y barreras en un hecho. Algunas como emprendedoras, otras iniciando movimientos o innovando cada vez son más las niñas y jóvenes que quieren crear un mundo mejor para ellas y las futuras generaciones.

  • Malala Yousafzain era una niña pakistaní a la que le gustaba ir a la escuela y aprender. Cuando el régimen talibán prohibió la asistencia a la escuela de todas las niñas, Malala lo consideró una injusticia y alzó la voz por ella y por todas las demás que no podían o no se atrevían a hacerlo. Cuando tenía 15 años e iba en el bus escolar, un hombre enviado por los talibanes subió, preguntó por ella y le disparó en la cabeza. Malala sobrevivió al ataque y, lejos de acobardarse, continuó con su activismo desde Reino Unido (donde buscó asilo junto a su familia). Dos años más tarde, recibió el Premio Nobel de la Paz a los 17 años y se convirtió en la persona más joven en acceder a ese galardón.
  • Greta Thunberg. Líder del activismo medioambiental cuya lucha está centrada principalmente contra el cambio climático. A los 8 años conoció por primera vez esta problemática y no entendía porque los gobiernos y la sociedad hacían tan poco por revertirlo.  En 2018, tras una ola de calor y de incendios forestales en su país, decidió no asistir a la escuela y protestar sentándose en las afueras del Riksdag todos los días durante la jornada escolar. Llevaba un cartel que decía: huelga escolar por el clima. Demandaba que el gobierno sueco redujera las emisiones de carbono con base en lo establecido en el Acuerdo de París. Su protesta llamó la atención a nivel internacional e inspiró a miles de jóvenes de todo el mundo a participar en huelgas estudiantiles.
  • Emma González. Una estudiante norteamericana de origen cubano activista por el control de armas. En 2018, un hombre armado asesinó a 17 personas en un tiroteo en la secundaria estadounidense Marjory Stoneman Douglas en Parkland, Florida.  Emma sobrevivió al tiroteo y decidió iniciar una campaña para intentar poner fin a la violencia con armas de fuego. Cofundó el grupo para promover el control de armas «Never Again» y los legisladores de Florida aprobaron la Ley de seguridad pública de la Escuela Secundaria Marjory Stoneman Douglas, que aumentó la edad para comprar un arma de fuego de 18 a 21 años.

  • Sophie Cruz. Es una niña americana hija de migrantes indocumentados mejicanos que se manifiesta en contra de la separación de las familias en el país . Desde muy pequeña lucha por la continuidad del programa DAPA, que permitiría que sus padres permanecieran con ella en Estados Unidos de forma legal. También alzó la voz para que tanto sus padres, como el resto de inmigrantes, pudieran tener una vida digna en Estados Unidos. En 2016, cuando tenía solo 5 años, se coló entre la seguridad y entregó al Papa Francisco  una carta en la que pedía al pontífice apoyo para conseguir una reforma migratoria integral en Estados Unidos.

  • Khairiyah Rahmanyah, Hija de una familia de pescadores del sur de Tailandia. En 2020, cuando tenía 17 años, lanzó una campaña contra el plan de gobierno tailandés de construir un gasoducto de gas natural entre Tailandia y Malasia, en una zona de rica biodiversidad, y en la que su comunidad depende del mar para alimentarse y para ganarse la vida.
  • Asia Newson. Cuando tenía 5 años, fundó una empresa llamada Super Business Girl. Comenzó vendiendo velas, pero aspira construir otras pequeñas empresas y enseñar a otros niños y niñas sobre negocios y emprendimiento.

  • Amika George. Preocupada por la falta de acceso a productos de higiene menstrual que sufrían muchas mujeres inglesas, fundó #FreePeriods y organizó una protesta delante de Downing Street -residencia de la primera ministra británica. A ella asistieron 2.000 personas vestidas de rojo demandando que el gobierno hiciera algo. Ante la presión, el gobierno anunció la financiación de productos sanitarios gratuitos en todas las escuelas y colegios ingleses.

Niñas de diferentes edades, condición socioeconómica, nacionalidad, religión… pero todas con un objetivo común: hacer de este mundo un lugar mejor en el que ellas y el resto de niñas hablen (y actúen) alto y claro. Niñas sin miedo a alzar la voz y a luchar por aquello en lo que creen o en contra de las injusticias. Las niñas de hoy, que serán las mujeres líderes en un futuro cada vez más cercano.

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