La capitán enfermera Amanda García Oliva, premiada por su labor humanitaria

La capitán enfermera Amanda García Oliva, premiada por su labor humanitaria

El trabajo que desarrollan las enfermeras militares es desconocido para la sociedad, pero vital para quienes forman parte de las Fuerzas Armadas, y también para todas las personas a las que se ayuda en cada una de las misiones en las que participan. La capitán Amanda García Oliva ha formado parte de seis misiones internacionales. Entre ellas, la operación Neo Kabul.

El premio ‘Soldado Idoia Rodríguez, mujer en las Fuerzas Armadas’ en su IX edición, ha recaído en la capitán enfermera del Cuerpo Militar de Sanidad Amanda García Oliva, por su actuación en la misión de evacuación de personal de Afganistán y durante la pandemia del Covid-19.

Amanda García Oliva, madrileña de 40 años, pertenece al Cuerpo Militar de Sanidad y ha prestado servicios en la Unidad Militar de Emergencias (UME) y en unidades del Ejército de Tierra y del Aire. Actualmente se encuentra destinada en el Grupo Logístico de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (FAMET), donde entre otras actividades colabora en la vacunación de militares y población civil contra el coronavirus.

A su amplia cualificación en el ámbito de la enfermería, con formación en montaña, en enfermería en vuelo en ambiente hiperbárico, así como en enfermería de combate y en urgencias, emergencias y catástrofes, se le une un importante bagaje en operaciones militares en el exterior, que incluye un desplazamiento a Líbano, así como a las operaciones de la UE ‘Atalanta’ y ‘Sophia’. En total ha intervenido en seis misiones internacionales de las Fuerzas Armadas españolas, entre ellas la operación ‘Neo Kabul’ en agosto de 2021, de rescate y evacuación de ciudadanos afganos que huían del régimen talibán y que le hizo merecedora de la Cruz al Mérito Aeronáutico con distintivo azul.

Operación Neo Kabul

«Recibí una llamada el 16 de agosto, cuando estaba destinada en el 803 Escuadrón de búsqueda y salvamento, del Ala 48. Se necesitaban médicos y enfermeros para formar células que acompañaran a los afganos, de Kabul a Dubái y de Dubái a Madrid. Me preguntaron si quería ir como voluntaria y no me lo pensé. Al día siguiente salí desde Zaragoza, en dirección a Dubái. Una experiencia personal y profesional muy grande», así relata para el Ministerio de Defensa como empezó una misión que salvó muchas vidas.

Amanda García Oliva en el interior de uno de los aviones que ayudaron a evacuar a la población Afgana

Lo que más le llamó la atención fue «la entereza de los niños, que quizás nunca habían visto un avión de cerca y se habían subido a él, sentados en el suelo en algunos casos para que cupiera el mayor número de personas. No se derrumbaron en ningún momento e iban con esperanza».

«No hemos hecho más, pero sí todo lo que nos ha dado tiempo a hacer»

La historia que más le conmovió fue la de una mujer afgana que viajaba con dos de sus tres hijos, y que perdió a su hijo menor en los tumultos que se produjeron en el acceso del aeropuerto de Kabul. «Me pregunto cuál sería el grado de estrés de esta madre para dejar a un lado esa tragedia y seguir adelante, tratando de salir de su país», explica. Una historia que revivió recientemente en una jornadas organizadas por el Ministerio de Defensa.

La frustración llega de la mano del pensamiento de no haber podido hacer más, pero como ella explica: «No podemos venirnos abajo. No hemos hecho más, pero sí todo lo que nos ha dado tiempo a hacer».

Operación Balmis

La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha reconocido también su gran trabajo en la operación ‘Balmis’, en momentos en que se han cumplido dos años del comienzo de la pandemia, así como en la evacuación de ciudadanos afganos en agosto del año pasado, en las que ha dicho “pervive el espíritu de Idoia Rodríguez”.

Mujer y Fuerzas Armadas

La subsecretaria de Defensa, Amparo Valcarce, recordó durante la entrega del galardón que se han cumplido 34 años desde que las primeras mujeres ingresaron en las Fuerzas Armadas españolas, donde ha detallado que existen actualmente casi 16.000 mujeres militares, cifra que supone en torno a un 13 por ciento del total, por encima de la media de la OTAN que se sitúa sobre el 12 por ciento.

Para Amparo Valcarce, el trabajo de la enfermería en el ejercito “representa la unión perfecta entre la sanidad y la milicia, y aglutinas un conjunto de virtudes militares que te convierten en un referente para todos los miembros de la institución militar”. De Amanda ha destacado: «Tu capacidad de trabajo, espíritu de sacrificio y de servicio, sentido del deber y esa excelencia profesional, te convierten en un claro estímulo y modelo a seguir por hombres y mujeres”.

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