La primera toma de contacto del equipo de neonatología con el bebé, y generalmente que su padre, se produce desde transición. En función de la gravedad y los cuidados que necesite, se decide si será ingresado en la UCIN o solo necesita de los cuidados intermedios.
Cuidados intensivos neonatales
La Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales está formada por un área de 19 puestos de cuidados intensivos. Nosotros conoceremos las once habitaciones familiares (dos de ellas también gemelares) con las que cuenta la UCIN A de la mano de la enfermera neonatóloga Amalia.
Allí las familias cuentan con un espacio físico en el que involucrarse en el cuidado de su hijo durante las 24 horas del día. Las habitaciones cuentan no solo con sofá, sino también con una cama para que los progenitores puedan quedarse a dormir allí ayudando a mantener así el vínculo natural con sus recién nacidos y la implicación activa de la familia durante el ingreso.
Amalia nos cuenta que no hay una rutina de trabajo concreta; se trata de cuidar al niño y a su familia de una manera individualizada. Cada día cambia en función de las necesidades de cada bebé y cada familia. Lo que si se suele aprovechar es a los procedimientos necesarios al despertar y cuando el padre o la madre estén con él ya que así los bebés están más tranquilos.
El trabajo aquí se realiza con extremo cuidado y delicadeza. Se trata de niños con mucha complejidad que pueden pesar unos 400 o 500 gramos y por lo tanto su manipulación ha de ser extremadamente cuidadosa y la menor posible, pues ellos lo que necesitan es estar tranquilos para poder continuar desarrollándose y creciendo.
A pesar de su diminuto tamaño, las enfermeras y enfermeros alientan a las familias a coger a sus hijos con el método canguro y comenzar a realizarles aquellos cuidados que el personal considere que pueden hacer.
Cuidados intermedios
En esta segunda zona es en la que se encuentran los bebés que están más estables. Aquí la labor de la enfermería se centra principalmente en la educación a las familias. Enfermeras como Olga tratan de formar a los padres y madres en los cuidados que van a necesitar sus pequeños cuando abandonen el hospital: el oxigeno, la medicación, bolsas de ostomía, curas… Su objetivo es enseñar a las familias para que, al llegar a casa y comenzar su nueva vida, sepan hacerlo se sientan seguros y confiados a la hora de tratar al bebé.
Otro de los ejes de su trabajo es la alimentación oral. Cuando los neonatos llegan a los cuidados intensivos, son muchos los que lo hacen aún con una sonda gástrica que poco a poco irán abandonando. Para ello, las enfermeras se encargan de enseñar a las familias cómo han de alimentar a sus bebés y, especialmente a fomentar y favorecer la lactancia materna siempre que sea posible.
Así poco a poco, pequeños como Casian, consiguen ir saliendo adelante. Él nació en la semana 24 con un peso de 550 gramos. Sus padres, residentes en Francia, habían venido a pasar unos días de vacaciones cuando su madre comenzó a sentirse mal y Casian terminó naciendo mucho antes de lo que debía. Ellos agradecen especialmente el trabajo de las enfermeras y el resto del equipo de neonatos, que les han enseñado a cuidar de su pequeño e ir conociendo sus necesidades.
Pero no es el único pequeño que conocemos aquí. Mía y Zoe son dos gemelas estuvieron ingresadas en esta unidad y hoy vienen de visita aprovechando que tenían revisión en el médico. Amalia y Olga, al igual que el resto de sus compañeros agradecen mucho estas visitas ya que les permiten ver cómo van creciendo y evolucionando estos peques que con tanto cuidado y esmero han cuidado durante semanas o meses.