El Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, liderado por Fernando Simón, ha elaborado un informe técnico de “Recomendaciones sanitarias para la estrategia de transición”. Este documento recoge la posición de numerosos expertos desde el inicio de la epidemia. Contempla las medidas sanitarias y principios de actuación para alcanzar la salida dentro del marco de la enfermedad COVID-19. Estos son los cambios en el SNS que permitirán las fases de desescalada.
El informe destaca cuatro capacidades específicas que se deben reforzar para iniciar de forma segura y eficaz la transición: la asistencia sanitaria; la vigilancia epidemiológica; la identificación y la contención precoz de fuentes de contagio y medidas de protección colectiva. Una vez que las cuatro capacidades estratégicas se hayan desarrollado suficientemente, se podrán tomar decisiones que permitan un progresivo aumento de la movilidad y de la actividad laboral.
Asistencia sanitaria reforzada en hospitales
Deberá tenerse en cuenta que el objetivo es la recuperación de la calidad asistencial para pacientes no Covid-19 y el establecimiento de instalaciones adecuadas para pacientes Covid-19 durante los próximos meses. El informe señala que tendrá que permitir responder ante posibles rebrotes de la enfermedad y nuevas ondas epidémicas. Desde la Atención hospitalaria, se contemplan, entre otras, las siguientes medidas:
- Prevención de infecciones intrahospitalarias. Con medidas de prevención y control de la infección en todas las áreas y la disponibilidad suficiente de EPIs. Se puede complementar con la separación de circuitos para pacientes COVID/no-COVID o con el cribado universal (con PCR) de pacientes antes del ingreso.
- Disponibilidad de recursos para pacientes agudos y críticos. Disponibilidad inmediata, en caso de necesidad, del doble de camas de UCI. También identificación de espacios que permitan un incremento de hasta el triple de la capacidad pre-COVID.
- Además de la garantía de reservas de equipos de ventilación mecánica invasiva.
- Consultas de atención al personal sanitario para cribado, diagnóstico y seguimiento y apoyo psicológico.
Asistencia sanitaria reforzada en Atención Primaria
Del mismo modo, en Atención Primaria debe garantizarse la implementación de medidas de prevención y control de la infección en todas las áreas y la disponibilidad suficiente de EPIs. Fernando Simón ha destacado que las fórmulas pueden ser:
- Centros específicos de pacientes sospechosos de COVID.
- Circuitos separados para la atención presencial de personas con síntomas respiratorios o infecciosos.
- Reforzar la atención domiciliaria en la medida de lo posible y si las patologías de los pacientes así lo permiten.
- Dotar de las capacidades para la toma de muestras para el diagnóstico de COVID-19 y los mecanismos logísticos para el traslado de muestras a los laboratorios que permitan obtener resultados en 24h-48h •
- Protocolos de protección de personal de los centros asistenciales.
- Protocolos de diagnóstico de nuevos casos, aislamiento y seguimiento.
- Mecanismos de coordinación de los centros de salud con los servicios de salud pública para el trazado de contactos comunitarios de los casos.
- Protocolos en centros de salud para reforzar la aplicación de las medidas correctas de protección frente al virus.
Vigilancia epidemiológica
Después de garantizar las capacidades de respuesta del sistema, es necesario reforzar la capacidad de establecer indicadores y protocolos de vigilancia para garantizar una monitorización efectiva de la transición. Por otro lado, se monitorizará, explica el informe, la transición de forma efectiva y segura exige sistemas de información epidemiológica que proporcionen indicadores diarios para vigilancia.
Identificación y contención de fuentes de contagio
El establecimiento de una capacidad adecuada para la identificación y contención de fuentes de contagio es una condición necesaria para iniciar la transición a las nuevas fases de evolución de la
epidemia. Y también entre lo más importante destaca:
- Diagnóstico de todas las personas sintomáticas con PCR u otras pruebas diagnósticas que se identifiquen como adecuadas en los procedimientos aprobados por el Consejo Interterritorial.
- Aislamiento precoz de casos en las condiciones de habitabilidad adecuadas. Si es necesario, se tendrá que habilitar capacidad hotelera.
- Identificación y cuarentena de contactos. Pero esta acción debe tener un protocolo adecuado y debe contar con personal suficiente y suficientemente formado.
- Identificación de posibles focos de transmisión en colectivos específicos (residencias, centros socio-sanitarios, penitenciarías y otros). Este objetivo se puede conseguir mediante protocolos de
cribado o mediante el uso de técnicas de diagnóstico basadas en “pooling” que permitan identificar centros infectados y centros no infectados, pero haciendo un hincapié especial en el tratamiento de los primeros y la protección de los segundos.
Medidas de protección colectiva
En el informe se destacan las acciones que requieren impulso sostenido por parte del Ministerio de Sanidad y las CCAA. Sobre todo el distanciamiento social, la adecuada higiene de manos y la etiqueta respiratoria. Se resumen en:
- Mantener distancias interpersonales idealmente de dos metros.
- Lavado de manos con agua y jabón o geles y soluciones hidroalcohólicas.
- Observar la etiqueta respiratoria cuando se tose o se estornuda.
- Mantener una higiene y limpieza adecuadas en entornos domésticos y laborales.
- Reforzar el uso de las mascarillas en la población general de acuerdo con las recomendaciones establecidas por el Ministerio de Sanidad.
- Asegurar el cumplimiento de las medidas específicas de protección, higiene y desinfección en espacios sanitarios, socio-sanitarios y laborales.
Fernando Simón ha destacado que la implantación de todas estas medidas requerirán inversiones, y la implicación de los presidentes de las comunidades autónomas.
En conclusión, si las cuatro capacidades estratégicas se cumplen suficientemente en las respectivas comunidades, se podrá ir avanzando, siempre que lo permitan las ratios epidemiológicas, y tomar decisiones que permitan un progresivo aumento de la movilidad y de la actividad laboral. De esta forma se caminará hacia una nueva normalidad, que, en ningún caso, será como la que vivíamos antes de esta crisis sanitaria. Por lo menos, hasta que no podamos contar con un vacuna.
Para Fernando Simón, la crisis que estamos viviendo nos ha enseñado que nuestro sistema necesita cambios.
Blindar el sistema sanitario
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció en la tarde de ayer que la desescalada durará ocho semanas -dos meses- en todo el territorio nacional, será «gradual, asimétrica y coordinada» y «no habrá movilidad entre provincias o islas hasta alcanzar la nueva normalidad». Es decir, las actividades permitidas «sólo se podrán realizar en la provincia o isla donde de viva».
El presidente ha insistido en que el Ministerio de Sanidad no autorizará la entrada de las comunidades autónomas en cada una de las fases si no se garantizan los marcadores establecidos por el comité de expertos, y se cumplen las ratios epidemiológicas que permiten esa desescalada. También se ha mostrado partidario del fortalecimiento del sistema sanitario, e incluso «blindar el SNS».
Está previsto que toda España salga de las fases el 21 de junio, si todo va bien, dado que la duración mínima de cada fase es de quince días.