El Servicio de Neonatología del Hospital Universitario La Paz-IdiPAZ integra el modelo asistencial Family Integrated Care (FICare), que supone un cambio en los cuidados al recién nacido que necesita atención altamente especializada. Esta unidad, atiende una media de 500 pacientes al año, de los que un tercio son prematuros y todos requieren atención sanitaria altamente especializada.
Desde hace años, en este tipo de unidades, se han establecido actuaciones que permitían una mayor presencia de las familias. UCIs abiertas las 24 horas, el método canguro o piel con piel, facilitación de extractores de leche para poder alimentar a su hijo a pie de incubadora son algunas de las mejoras que se han ido implementando pero el programa FICare va más allá. En él, el personal sanitario y, especialmente la enfermería, forman y educan a los familiares como cuidadores activos de su bebé y también en la toma de decisiones médicas.
Empoderar mediante el conocimiento
Una de las máximas de este modelo es que los padres estén lo más presentes posibles, pero siempre con una finalidad: el cuidado de su hijo recién nacido que necesita una atención altamente especializada. Por ello es necesario que los padres «se comprometan a estar», que dispongan del tiempo necesario y que afirmen su compromiso con la formación que van a recibir.
El objetivo de FICare es que los padres lleguen a «convertirse» en enfermeros y para ello deben asistir a una serie de sesiones y talleres en los que se le impartirá formación específica. Marta Antón, enfermera especialista en Pediatría del Hospital Universitario La Paz, nos cuenta cómo se prepara a las familias para que logren sacar todo su potencial en el cuidado a su bebé necesitado de atención altamente especializada.
Las familias, el pilar del proyecto en cuidados FICare
Cuando una familia se enfrenta al nacimiento de un bebé prematuro que necesita cuidados altamente especializados su primera reacción suele ser de temor y preocupación. En este sentido, la labor de la enfermería y el resto del equipo médico ayudando a estos padres comprender y participar en los cuidados del recién nacido, a menudo muy complejos, es fundamental.
Mohamed, padre de un bebé que nació en la semana treinta y uno con una patología pulmonar, recuerda cómo al principio «ves monitores, alarmas por todos lados. No comprendes nada y eso te genera mucho estrés». Gracias al programa FICare van aprendiendo «qué es lo que se está monitorizando, que se está viendo y qué le está pasando a tu bebé en cada momento», lo que les va tranquilizando y dándole confianza para actuar y ayudar.
Juan Carlos, papá de Leandro, nacido en la semana veinticuatro con 730 gramos, hipertensión craneal, ductus persistente, septicemia e hipertensión pulmonar, asegura que la experiencia en este programa fue muy positiva ya que les ayudó a «entender y comprender qué es lo que pasando y cuál era la situación real en cada momento». Ellos se sintieron parte del equipo: «entiendes todo, comprendes todo, te hacen partícipe de todo. Es como si estuvieras en casa, dentro de una UCI»
Beneficios del proyecto
Este modelo asistencial pionero, que se incorporó en 2018 en forma de estudio piloto, ha dado resultados muy positivos como: una mayor tasa de lactancia materna al alta (85% frente al 15%), menor infección hospitalaria (34% frente 53%), menor estancia hospitalaria en cuidados intermedios con una reducción de entre dos y diez días y una menos asistencia al servicio de Urgencias en los primeros seis meses tras el alta; con una media de ninguna visita frente a dos.
Unos datos que no hacen más que reafirmar el impacto positivo del modelo en resultados de salud.