“La hipótesis surgió cuando enfermó mi suegro de coronavirus” explica Albert Cortés, que añade que el anciano pasó varios días en casa antes de ingresar en el hospital. “Temía por su esposa, una mujer con enfermedad de Parkinson avanzado, dependiente, un paciente frágil, que había estado junto a su marido en la fase que se considera más infecciosa y sometida a una elevada carga viral” nos cuenta. Desgraciadamente el paciente falleció, pero su mujer no contrajo la enfermedad, lo que hizo pensar a Cortés que alguno de los fármacos que estaba tomando podría haberla protegido del contagio.
Cortés asegura que su “instinto sumado a la experiencia con el virus” hicieron que se centrara en la Amantadina, un antiviral que se utiliza para el virus de la Influenza A, pero que se suele administrar a pacientes con trastornos de movimiento como el Parkinson. A partir de este momento, Albert buscó bibliografía y contactó con diversos investigadores que están siguiendo la misma línea en otros lugares como EEUU, México o Polonia.
Investigación enfermera
El equipo de investigación está conformado en su totalidad por enfermeras, lo que para Albert Cortés implica un “hecho diferencial”. Pese a que la investigación tenga por objetivo “identificar la acción de un determinado fármaco ante la COVID-19, como enfermeras trasladamos la perspectiva del cuidado profesional tanto a las personas que están siguiendo este tratamiento como a las cuidadoras familiares o profesionales que les atienden. No entendemos un abordaje que no sea integral, integrado e integrador”.
El estudio encuestará al mayor número posible de profesionales a cargo de pacientes que estén tomando Amantadina. “Nuestra intención es obtener una muestra suficiente que nos permita llegar a conclusiones” explica Cortés, que apela a la colaboración de enfermeras comunitarias, geriátricas o de centros sociosanitarios y “en definitiva, a todo aquel que pueda aportar datos sobre pacientes que estén tomando el fármaco”.
Alternativas terapéuticas y profilaxis
Con esta información el equipo investigado espera demostrar que la Amantadina ejerce un factor protector ante el COVID-19 en pacientes que llevan tiempo en tratamiento con el antiviral. “En caso de poder demostrar esta eficacia protectora se abrirían alternativas terapéuticas y de profilaxis ante la infección por COVID-19, ya no solo en pacientes con enfermedades neurológicas que toman este fármaco, sino hacerlo extensivo al resto de pacientes” aclara este enfermero.
Albert Cortés es supervisor general de enfermería en el área materno-infantil del Hospital Vall d’Hebron y en el equipo de investigación le acompañan: José Ramón Martínez Riera, experto en enfermería comunitaria y presidente de la AEC (Asociación de Enfermería Comunitaria), el enfermero comunitario José Manuel Viturro Iglesia y Fernando Martínez Cuervo, enfermero y director de del Centro Polivalente de Recursos para Personas Mayores El Cristo y presidente de la Sociedad Española de Enfermería Geriátrica y Gerontológica.
Para participar en el estudio, podéis hacer click en este enlace.