En los meses de primavera y verano la radiación solar es mucho mayor que en otoño e invierno, lo que además coincide con una época de mayor vida social y vacaciones por lo que pasamos más parte del día al sol, con todos los riesgos que ello conlleva. Por eso nos hemso propuesto hacer una guía definitiva para protegerte del sol y el calor este verano.
El sol es un elemento positivo que nos aporta, entre otras cosas, la vitamina D. Esta vitamina es fundamental en nuestro organismo por lo que tenemos que buscar la manera de asimilarla sin que nuestra salud se resienta. Lo primero es evitar la exposición solar en las horas centrales del día (de 12 a 16 horas), incrementar la hidratación, protegernos piel y ojos debidamente y ayudarnos de accesorios como sombreros o pamelas para evitar que ese cansancio que produce el sol sobre nuestras cabezas. Estos consejos nos serán útiles tanto si estamos o no de vacaciones y aunque no estemos atravesando una ola de calor.
La fórmula infalible para saber qué crema solar usar
Antes de meternos de lleno en qué tipo de crema solar comprar hay que tener que cuenta que las barreras fotoprotectoras físicas hacen mucho. Camisetas o gorros son necesarios cuando la exposición al sol va a ser muy prolongada, como por ejemplo en el caso de personas que trabajan permentemente al aire libre.
Lo primero que tenemos que saber es que ninguna crema impide el 100% de las radiaciones. Cada tipo de piel necesitará un factor de protección solar distinto que dependerá de su capacidad para producir melanina y sus características. Esta es la fórmula para saber qué crema solar usar y trucos básicos sobre cómo hacerlo:
- Conoce el UVI del día. Marca la intensidad de la radiación. En la AEMET, por ejemplo se puede encontrar de manera sencilla.
- Conoce tu fototipo. Identificar tu piel según su capacidad de producir melanina. (se divide en fototipo 1, 2, 3 y 4)
- Escoge el protector solar. Una vez que conoces tu fototipo solo tienes que hacer match y descubrir cuál es el protector solar que más encaja con tus condiciones y características.
- Aplicar la crema fotoprotectora 20-30 minutos antes de tomar el sol.
- Ese horrible momento en que te quemas los párpados o los empeines. Hay que prestar especial atención a las zonas más sensibles a la luz, como cuero cabelludo, cara, orejas, cuello, espalda, torso y dorso del pie.
- Los labios también se queman. Para protegerlos podemos usar lápices labiales fotoprotectores.
- La fórmula para saber cuándo volver a echarse crema. No basta con ponerse la crema una vez al día así que hay que calcular el tiempo que dura la crema. Podremos hacerlo teniendo como premisa cuánto tiempo podemos estar al sol sin quemarnos y el factor de protección que usamos. Una persona que puede permanecer al sol 10 minutos sin quemarse y usa un protector de factor 30, estará protegido durante 5 horas.
Cómo elegir las gafas de sol perfectas
La piel sufre la radiación ultravioleta pero los ojos también y no debemos descuidarlos. Muchas personas utilizan a diario, sin discriminar entre invierno y verano, gafas de sol por la mera reacción a la fotosensiblidad (que varía de una persona a otra) lo cual es un acierto, pero también hay que tener en cuenta las características de las gafas de sol. Aparte de las razones meramente estéticas y la última tendencia de la moda del verano, esto es lo que debemos tener en cuenta para comprar unas gafas de sol 100% fiables:
- Protección UVA y UVB 400. Nos asegura la protección más alta a la radiación solar.
- Sello de la Comunidad Europea (CE).
- Número de categoría de filtro, del 1 al 4. este número indica la cantidad de absorción lumínica, no de absorción de radiación.
- Referencia normativa EN 1836:2066. Indica que las gafas cumplen con la normativa de calidad.
El uso de gafas homologadas desde las 10:00 hasta las 16:00 horas se puede disminuir hasta en un 2% las lesiones en el cristalino. Además, siempre conviene combinar el uso de gafas con el de otros protectores, como gorras y viseras.
Ojo, la luz del sol tiene muchas cosas buenas
No se trata de ser vampiros y huir de la luz del sol sino de aprender cuánto tiempo de exposición es saludable, a qué horas y que hay que hacerlo con protección.
Así podremos beneficiarnos de todo lo bueno que tiene el sol, que es mucho:
- Regula los ritmos circadianos y el sueño. Para ello necesitamos una exposición a intensidades superiores a los 1.000 lux de luminosidad. La oficina por ejemplo nos aportaría mucha menos.
- Mejora el rendimiento cognitivo y la productividad.
- Disminuye la depresión. La luz aumenta la producción de serotonina y eleva la producción de betaendorfinas. Además deficiencias de vitamina D se relacionan con mayores tasas de depresión.
- Mejor salud visual. Ya hay estudios que demuestran que a más tiempo en exteriores menores son las tasas de miopía. Cada hora extra a la semana expuestos a luz natural podría reducir el riesgo de miopía en un 2%.
- Mejora las enfermedades autoinmunes y las coronarias. La vitamina D ayuda a mejorar el sistema autoinmune del cuerpo humano y el impacto de los rayos ultravioletas reduce la presión arterial.
- Existe una relación entre exposición al sol y mayor capacidad de adelgazamiento.
Cuidados especiales para los niños
Los niños menores de dos o tres años no deben exponerse directamente a la luz solar ni a la intensidad de los rayos UVA durante el día. Por supuesto pueden estar al aire libre pero si se va a la playa, piscina y cuando la luz solar es muy fuerte, deben permanecer a la sombra. Para ellos es siempre recomendable utilizar el factor solar más alto y repetir aplicaciones cada hora aproximadamente.
Enfermedades que podemos evitar
El sol es la principal causa de aparición de melanomas. Hay otras, como la piel blanca, la edad o los antecedentes familiares pero la mala protección ante la exposición solar sigue siendo el principal motivo.
Se estima que el 90% de los cánceres de piel podrían evitarse con la fotoprofección adecuada, así que esto es lo que nos podemos ahorrar poniéndonos crema siempre (sí, también cuando está nublado).
Además, no olvidemos que la radiación ultravioleta puede producir complicaciones oculares en la retina y la córnea.
Qué hacer ante un golpe de calor
Todos podemos sufrir un golpe de calor en un momento dado y es importante saber identificarlo.
Estas son las recomendaciones a seguir en caso de insolación o golpe de calor:
- Llevar a la persona afectada a un lugar con sombra y lo más fresco posible.
- Colocarla en posición semisentada, con la cabeza hacia arriba.
- Reducir la temperatura corporal. Darle aire con ventilador o abanico.
- Beber agua fresca a pequeños sorbos.
- Acompañarla a un servicio de urgencias una vez mejorado su estado.
- Si no se recupera o incluso llega a perder el conocimiento, se debe tumbar con las piernas flexionadas y llamar inmediatamente a urgencias.