El libro profundiza en el concepto del cuidado y, además, propone una solución a la crisis sanitaria motivada por una deshumanización en la propia asistencia sanitaria. Ante esta problemática, el autor propone un nuevo modelo de relación más humano y más ético.
Aunque como disciplina, siempre se ha tendido a desarrollar los aspectos más técnicos, no hay que olvidar la atención al paciente en su parte más humana. Según el autor, “humanizar siempre ha ido de la mano del cuidar”, y añade que “la enfermedad es humana porque afecta a las personas”, es por ello que no se puede entender los cuidados sin la humanización.
La crueldad de la enfermedad
El libro busca un rayo de luz, aquello estético en la crueldad de la enfermedad. “El propio cuidado, la relación de la enfermera con el paciente o con su familia, puede ser bálsamo, alivio, consuelo, ayuda, algo bello y hermoso para que el paciente pueda vivir la experiencia de la enfermedad de una manera diferente”, afirma Monge.
“El libro plantea un modelo y una reflexión sobre cómo debería ser el cuidado, pero no solamente para paciente y profesional sanitario sino para todas las personas que se ven implicadas”, aclara Monge y añade que “todos nosotros hemos sido cuidadores y cuidados alguna vez”.
Cuidados y tiempo
Para el autor, el cuidado debería ser profesionalizado y estético, sea cual sea el lugar donde se encuentra el paciente. El tiempo que se pasa con un paciente en un centro sociosanitario o en el servicio de urgencias es completamente diferente, “pero los cuidados siempre deberían ser estéticos”, recuerda este enfermero.
En todo el proceso de la enfermedad, uno de los aspectos más relevantes y a su vez más útiles es el de la comunicación, que es fundamental para establecer las relaciones interpersonales. “Tenemos que saber trabajar y abordar el aspecto comunicativo de la persona”, explica el autor.
Para Monge, una asignatura de humanización en la universidad sería “muy necesaria” ya que “al igual que se enseña pediatría o médico-quirúrgica, también se debería enseñar el aspecto más importante que tiene la enfermería que son los cuidados y la relación con la persona para que estos sean humanamente satisfactorios.”
Más allá de la asistencia
El cuidado, no se desarrolla solamente a pie de cama, sino que, mediante la investigación, la docencia y la gestión las enfermeras y enfermeros también cuidan. El autor considera que la investigación en enfermería “es una parte importante” porque da nuevas herramientas y nuevas fórmulas de abordaje al paciente. La docencia permite enseñar a los nuevos profesionales y a los equipos cómo se puede atender mejor una situación de enfermedad. La gestión contribuye a dar los recursos y el impulso para las personas que necesitan atención y cuidados. “La enfermería no se puede entender sin este conjunto, sin esas cuatro ramas. Y las enfermeras, desde allí dónde estemos, podemos contribuir a que los cuidados sean estéticamente satisfactorios”, termina.