En rueda de prensa, junto a la secretaria general de Organización, Laura Villaseñor, el presidente de SATSE, Manuel Cascos, recordó que el Sindicato de Enfermería viene reclamando el reconocimiento de este derecho laboral desde hace mucho tiempo e, incluso, antes de la pandemia ya inició distintas acciones a todos los niveles para lograr este objetivo que ahora, una vez superado lo peor de la crisis sanitaria, retomará con más fuerza y determinación en todo el Estado.
Cascos explicó que las enfermeras y enfermeros cumplen los mismos requisitos que otros colectivos profesionales, como los policías, trabajadores del sector ferroviario, personal de vuelo o profesionales taurinos, a los que el Gobierno ya les ha aplicado un coeficiente reductor de la edad de jubilación en virtud de la Ley General de la Seguridad Social.
Pensión de jubilación
Esta norma, añadió, prevé que la edad mínima exigida para tener derecho a pensión de jubilación pueda ser rebajada en aquellos grupos o actividades profesionales cuyos trabajos sean de naturaleza excepcionalmente penosa, tóxica, peligrosa o insalubre y acusen elevados índices de morbilidad y mortalidad. Unas duras condiciones que las enfermeras y enfermeros ya sufrían antes de la pandemia y que se han visibilizado y empeorado aún más en los dos últimos años de incansable lucha contra el Covid-19.
Por su parte, la secretaria general de organización de SATSE recordó que la profesión enfermera es ejercida en más de un 85 por ciento por mujeres, y al vincularla socialmente a los roles que tradicionalmente se asocian al género femenino del cuidado (hogar, familia…), no se le reconoce suficientemente la gravedad de sus condiciones laborales. “La sociedad no percibe la afectación psicológica, el estrés o el agotamiento emocional que provoca el contacto permanente con el sufrimiento humano. Por ello, no se están adoptando las medidas de compensación que ayuden a proteger su salud, también en la última etapa de su vida laboral”, apuntó.
De otro lado, Cascos remarcó que el sistema de jubilación por coeficientes reductores que defiende SATSE no implica una sobrecarga adicional del sistema público de pensiones ni tampoco de la Seguridad Social, ya que prevé una cotización incrementada que se abonará durante toda la vida laboral de cada profesional.
Calidad asistencial
Según dijo, la posibilidad de acceder a la jubilación anticipada para las enfermeras y enfermeros mejoraría la atención a pacientes y ciudadanos y al sistema sanitario en su conjunto, dado que los enfermeros y enfermeras, por la naturaleza de su trabajo y la complejidad del mismo, necesitan una pericia y habilidades específicas, así como un estado de permanente alerta y vigilancia, que se ven afectadas a causa de la evolución cronológica natural de las personas.
Además, el presidente del Sindicato aseveró que el posibilitar la jubilación anticipada de las enfermeras y enfermeros que así lo deseen conllevaría la contratación de nuevos profesionales, rejuveneciendo de esta manera las plantillas en los centros sanitarios.
De cara a lograr este objetivo, SATSE mantendrá reuniones y contactos con responsables del Gobierno estatal, consejerías de Sanidad autonómicas y partidos políticos en el Congreso de los Diputados y Senado y realizará jornadas y actos diversos en centros sanitarios de todo el Estado. Asimismo, difundirá distintos materiales informativos (cartelería, folletos…) y realizará todo tipo de acciones de comunicación online y offline.
«La jubilación anticipada es una enorme deuda con la profesión»
“La jubilación anticipada es una enorme deuda con la profesión que el Ministerio de Seguridad Social debe resolver con urgencia, porque es, además, una cuestión de justicia social”, remarcó Cascos, recodando que el partido mayoritario en el Gobierno, el PSOE, ya impulsó distintas iniciativas con el mismo objetivo en el Congreso y en Senado para beneficiar a colectivos como los policías locales, las camareras de piso, o los trabajadores del mar.
Riesgos
Respecto a las condiciones laborales de las enfermeras y enfermeros, el presidente de SATSE subrayó que son especialmente duras y penosas a lo largo de toda su trayectoria profesional, ya que se ven sometidos a numerosos riesgos que son intrínsecos a su profesión y que influyen de manera decisiva en su salud.
Entre otros, el presidente de la organización sindical subrayó los riesgos de tipo psicosocial, remarcando el hecho de que todos los enfermeros y enfermeras tienen un contacto permanente con el sufrimiento, el dolor, la enfermedad y, en ocasiones, la muerte, lo que supone una carga emocional muy importante que los acompaña a lo largo de toda su dilatada trayectoria profesional.
También aludió a los riesgos biológicos (contagios por cortes, inhalaciones, pinchazos…), químicos (medicamentos peligrosos, alergias a material…), físicos y mecánicos (ruidos, iluminación, temperaturas, sobrecarga física, riesgos de caídas, radiaciones ionizantes…) o las agresiones físicas y verbales.
Turnos, noches y festivos
De otro lado, Cascos recordó que su labor conlleva, además, la necesidad de prestar servicios de manera permanente y continuada a lo largo de todo el día y el año, lo que requiere que se trabaje a turnos y por las noches, festivos y guardias. Todo ello impide al organismo adquirir hábitos naturales de sueño, alimentación y descanso cuya alteración, según multitud de estudios científicos, afectan a su salud y bienestar psicosocial.
A modo de ejemplo, añadió que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) concluye que los profesionales de turno de noche pierden 5 años de vida por cada 15 años de trabajo en turno de noche, o que un estudio publicado por American Journal of Preventive Medicine concluye que existe mayor mortalidad asociada al turno de noche, de hecho, las mujeres que trabajan en turno de noche presentan un 11 por ciento más de riesgo de muerte.