La historia de Irena Sendler es una historia de valentía y, por supuesto, de una época tan terrible como real: la Segunda Guerra Mundial. Esta enfermera rescató a más de 2.500 niños del Gueto de Varsovia. Pertenecía al Departamento de control epidemiológico de Varsovia. Desde este puesto contactó con familias judías del Gueto, y comenzó a sacar a niños y niñas en ambulancias, como víctimas de tifus. Muy pronto tuvo que valerse de otros medios para esconderlos en su huida: sacos, cestos de basura, cajas de herramientas, cargamentos de mercancías, bolsas de patatas e incluso ataúdes. Cualquier cosa podía servir para salvarles la vida.
«Puro infierno, más allá de toda descripción»
Irena Sendler contó en vida por qué lo hizo, por qué arriesgó su vida y la de otros. Ella no se sentía una heroína: “Me pongo furiosa cuando la gente me llama héroe”, ella sólo hizo lo que tenía que hacer ante lo que vio: «Puro infierno, más allá de toda descripción».
Ella nunca se consideró una heroína y nunca se adjudicó crédito alguno. Incluso siempre se lamentaba: “Podría haber hecho más”.
La niña de la cuchara de plata
Entre esos niños estaba Elzbieta Ficowska. Ella tenía seis meses cuando una colaboradora de Sendler, Stanislawa Bussoldowa, comadrona, le suministró un narcótico, y la colocó en una caja de madera con agujeros, para que entrara el aire. Así fue sacada del Gueto, junto con un cargamento de ladrillos. Su madre natural le escondió entre sus ropas una cuchara de plata. La cuchara llevaba grabado su apodo, Elzunia, y la fecha de nacimiento: 5 de enero de 1942.
“Debo mi vida a Irena Sendler «
Elzbieta acudió a España para hacer un homenaje a su enfermera, y a su propia madre adoptiva, Stanislawa Bussoldowa. En ese homenaje explicaba que, en contra de lo que piensan muchos supervivientes del Holocausto, “nunca se ha sentido culpable por sobrevivir”, pero sí cada día siente que debe la vida a esta enfermera. A ella y a quienes colaboraban con ella. “Eran necesarios hasta diez colaboradores para sacar a cada niño del Gueto», explica.
La lista de Irena
Irena quería que sus niños y niñas un día pudieran recuperar sus verdaderos nombres, su identidad, sus historias personales y a sus familias. Para ello, creó un archivo en el que registraba los nombres de los niños y sus nuevas identidades. Era la lista de Irena, que como la de Schindler, ahora sí pasa a la historia, y en la que guardó sus nombres en una botella de vidrio y los enterró en el jardín de sus vecinos.
Torturada y condenada a muerte
Los nazis descubrieron sus actividades e Irena Sendler fue detenida en octubre de 1943. La Gestapo la llevó a la prisión de Pawiak.
Le rompieron los pies y las piernas, pero no lograron que revelara el paradero de los niños
Fue sentenciada a muerte. En su tortura le rompieron los pies y las piernas, pero no lograron que revelara el paradero de los niños ni el nombre de sus colaboradores. Mientras esperaba la ejecución, un soldado alemán la dejó escapar. Al día siguiente, su nombre estaba en la lista de los polacos ejecutados.
Una historia ocultada por el comunismo
Tras huir de la cárcel se cambió su verdadero nombre por el de Jolanta, el que fue durante el Gueto su nombre en clave, y continuó su tarea en la resistencia. Vivió en el anonimato hasta su vejez. Estuvo muchos años pegada a un andador y a su silla de ruedas, debido a las lesiones que arrastraba tras las torturas sufridas por la Gestapo.
Su historia quedó oculta por cuarenta años de comunismo. Lo que había pasado con los judíos polacos estaba prohibido comentarlo. Además, Irena era militante socialista, y era hostigada por la policía secreta polaca. Eso la obligó a dar a luz de forma prematura a su hijo Andrzej, lo que dos semanas posteriores provocaría su muerte. Tuvo otros dos hijos, Janina y Adam. La mujer que salvó a tantos niños y niñas, vio morir a dos de sus hijos.
La identidad de Irena no fue descubierta hasta el año 1999 por un grupo de estudiantes de Kansas que realizaban un estudio sobre el Holocausto judío.
Premio Nobel de la Paz
En 2003 recibió la más alta condecoración polaca: Dama de la Orden del Águila Blanca, y fue propuesta para el Premio Nobel de la Paz por el gobierno de Polonia con el apoyo del Estado de Israel. La organización judía Yad Vashem de Jerusalén le otorgó el título “Justa entre las Naciones del Mundo”. Falleció el 12 de mayo, Día Internacional de la Enfermería, de 2008 en Varsovia, a los 98 años.
Irena en la literatura
La vida de Irena Sendler también nos ha llegado a través de la literatura a través de la escritora Tilar Mazzeo y de su biografía de Irena “Los niños de Irena”. Así nos cuenta por qué eligió la historia de esta enfermera.
Y otros escritores, también en España, como Javier Arias Bonnel han quedado atrapados por la fuerza de su enorme personalidad. Una personalidad marcada por su padre. Él murió cuando ella tan sólo tenía siete años, de tifus, tras atender a pacientes judíos a los que ningún médico quería prestar asistencia por tener esta enfermedad.
De película
Su gran historia, además de al teatro, también se ha llevado a la televisión en una película protagonizada por Anna Paquin: “The courageous Heart of Irena Sendler”. En breve, llegará a la gran pantalla, como lo hizo en su día la vida de Oscar Schindler, y como él, Irena no estará en el patio de butacas, pero gracias al cine, crecerá su historia. La modelo y actriz israelí Gal Galdot, conocida por su papel en ‘Wonder Woman’, será Irena Sendler. Según el digital estadounidense Deadline, la película será la primera que desarrolle la actriz junto a su marido, Jaron Varsano, a través de la productora que en 2019 ambos acaban de formar. Todavía tendremos que esperar para verla en la gran pantalla.
Como explica Tilar J. Mazzeo en el prefacio de la biografía de Irena, esta es la historia de Irena Sendler, de los niños que salvó y de las docenas de“otros” valientes que la ayudaron a hacerlo posible: «Sus vidas y, a veces, sus muertes, hablan de lo que somos capaces de hacer, como gente común, al enfrentar el mal y el horror».
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