En este escenario de incertidumbre, desde mi experiencia como enfermera gestora de casos (EGC), reflexiono y me pregunto, ¿dónde quedan las estrategias para visibilizar la enfermería NURSING NOW o para posicionarnos en puestos de liderazgo clínico? Creo imprescindible que nos enfoquemos, más que nunca, en mantener y afianzar los espacios ganados. La enfermería de práctica avanzada (EPA) es uno de esos espacios y, además, la solución a muchos problemas de salud y de gestión a los que nos enfrentamos actualmente.
La enfermería de práctica avanzada (EPA) se caracteriza por ofrecer un nivel avanzado de práctica enfermera, asegura la utilización de competencias especializadas y de conocimiento enfermero para responder a las necesidades de los pacientes y organizaciones en toda su complejidad. Ahora es nuestro momento. Sin esperar a estrategias políticas, avanzando en la autonomía para la toma de decisiones complejas, desarrollando habilidades clínicas necesarias para hacernos cargo de grupos de pacientes con patologías complejas y utilizando el liderazgo clínico en todos los espacios compartidos donde estemos: organizaciones sanitarias, atención primaria, entorno privado, asistencia domiciliaria, docencia, investigación, gestión.
Es nuestro momento, ha llegado la hora de liderar los cuidados
Y lo que es clave, proporcionando una atención longitudinal en lugar de una atención fragmentada y discontinua. Favoreciendo “el camino del paciente” o “patient journey map”, en un sistema sanitario tan fragmentado y jerárquico cómo el nuestro.
Todos los modelos de EPA han demostrado ser garantes de calidad y costo efectivos en términos de gestión clínica: enfermeras gestoras de casos, enfermeras de continuidad asistencial, coordinadoras al alta hospitalaria. Ya existe un amplio marco normativo que habilita a la Enfermería de Práctica Avanzada, aunque se debe continuar en la reglamentación para alcanzar un mayor nivel de desempeño de las competencias. El Consejo Internacional de Enfermería y la Organización Mundial de la Salud ha informado que se debe invertir en estrategias y eliminación de barreras al desarrollo de los roles de Enfermería de Práctica Avanzada, que están demostrando su elevada eficacia para ampliar la cobertura sanitaria.
Un cambio para avanzar
Los beneficios de la implantación de estos perfiles están probados, las competencias descritas y la población diana definida. Son roles que en nivel de “meso gestión” buscan la eficiencia del sistema, teniendo al paciente y a la familia cómo prioridad. ¿A qué estamos esperando? El sistema sanitario español requiere de un cambio de estructuras para su supervivencia a medio largo plazo y se enfrenta a una transformación. Nuestro liderazgo enfermero aterrizado en los perfiles de EPA, en cualquiera de los espacios donde estemos, es imprescindible en ese cambio, para avanzar. Aquellos que toman decisiones, deben valorar nuestra aportación, nuestra utilidad.
Somos parte de ese cambio, utilizar todos nuestros recursos para posicionarnos, debería ser nuestra estrategia personal, en nuestros círculos de influencia. Cómo grupo profesional, de enfermeras de práctica avanzada, nuestros responsables deben posicionarnos como responsables de procesos clave en sus estrategias de salud. En el caos, la oportunidad. Ejerzamos un liderazgo transformacional poniendo nuestro conocimiento al servicio de nuestro pacientes y organizaciones, comunicando con intención, desafinado incluso lo establecido y buscando alternativas de salud, favoreciendo el crecimiento del hospital, de la organización, creando sinergias, teniendo pensamiento crítico.
Todas estas habilidades “soft skills” se aprenden y creo firmemente que forman parte de lo que debemos desarrollar y aprender, si queremos liderar el cuidado y formar parte del cambio que en términos de salud, los pacientes y la sociedad nos están demandando, para la próxima década.
Ahora, más que nunca, enfermería para avanzar: VISIÓN.
Lourdes Viedma, fundadora y CEO Proyecto Cuidar.
