España sigue estando a la cola de Europa a la hora de garantizar la seguridad del paciente en los centros sanitarios y sociosanitarios del conjunto del Estado. El Sindicato de Enfermería, SATSE, trasladará al conjunto de la ciudadanía, a través de una nueva campaña de información y sensibilización social, esta realidad.
Siendo conocedor de la gran preocupación que suscita entre la ciudadanía la situación de nuestra sanidad, como constatan todas las últimas encuestas a raíz de la pandemia del Covid-19, SATSE considera necesario que se conozca con detalle que nuestro país se mantiene, año tras año, en el últimas posiciones dentro de la UE en cuanto a garantizar la seguridad del paciente cuando ha de ser atendido y cuidado en cualquier centro sanitario y sociosanitario.
En concreto, la nueva estrategia de información y sensibilización social de SATSE en todo el país incidirá en que España mantiene una asignación muy elevada de pacientes por enfermera.
- De hasta 20 y 25 pacientes por cada enfermera en muchos hospitales.
- 1.800 y 2.000 ciudadanos por enfermera en los centros de salud.
- 230 y 250 residentes en los centros de mayores.
Vagón de cola
Una realidad que dista mucho de la existente en la mayoría de países de nuestro entorno. Un ejemplo, explica SATSE, es la ratio de 17 enfermeras por cada 1.000 habitantes, caso, por ejemplo, de Noruega o Suiza; 14, como en Finlandia; o 12, en Alemania o Irlanda. Estos países cuentan en sus hospitales, centros de salud y residencias con una asignación mucho menor de pacientes por cada uno de estos profesionales. “España es todo un referente en negativo en el conjunto de Europa en seguridad del paciente al tener solo cinco enfermeras por 1.000 habitantes, una gran asignatura pendiente”, apunta la organización sindical.
Según SATSE, estos datos demuestran que, mientras el conjunto de países de nuestro entorno es muy consciente de la suma importancia de contar con un número suficiente y adecuado de enfermeras y enfermeros, nuestro país mantiene unas dotaciones que no pueden ofrecer, aunque así lo deseen, la atención sanitaria y cuidados que cualquier ciudadano o paciente necesita y se merece en óptimas condiciones de calidad y seguridad.
Esta insuficiente dotación de enfermeras y enfermeros en los centros sanitarios y sociosanitario de nuestros país supone un claro riego en la seguridad del paciente, como constatan diferentes estudios científicos y análisis internacionales y nacionales, apuntan desde la organización sindical.
Pasividad y tolerancia
Una lamentable realidad que se mantiene con la pasividad y tolerancia, a fecha de hoy, de los partidos políticos en el Congreso de los Diputados; ya que su inacción está provocando que la Ley de Seguridad del Paciente siga a la espera del debate de las enmiendas parciales en la Comisión de Sanidad. Y esto, explica, después de haber sido tomada en consideración en el Pleno de la Cámara Baja el pasado mes de diciembre. SATSE matiza que es conocedor de que no todos los grupos políticos tienen esta actitud de pasividad.
«La situación en los hospitales, UCIs, centros de salud, o residencias sigue siendo muy precaria»
“Mientras la situación en los hospitales, UCIs, centros de salud, o residencias sigue siendo muy precaria. No asegura la mejor y más segura atención a los pacientes. Nuestros representantes políticos no están propiciando que pueda cambiar esta realidad a través de una Ley que garantizará en todo el Estado una asignación máxima de pacientes por cada enfermera y enfermero”, afirma SATSE.
Por ello y aun siendo consciente del exceso de trabajo que tienen los grupos políticos, el Sindicato reclama agilidad y celeridad en la tramitación de la Ley de Seguridad del Paciente en la Comisión de Sanidad. Para SATSE ningún ciudadano podrá entender que hayan transcurrido cinco meses y se hayan producido hasta 10 prorrogas en los plazos y aun no se haya propiciado ni siquiera el debate de enmiendas parciales. Y eso en una norma que llegó al Congreso gracias a la voluntad popular plasmada en cerca de 700.000 firmas, explica SATSE. Una ley que también contó con el respaldo de numerosas asociaciones de pacientes y consumidores; organizaciones enfermeras de todo el mundo; personalidades de la comunicación, la cultura y el deporte de nuestro país, concluye.