Las quemaduras son uno de los accidentes más habituales, tanto el ámbito doméstico como en el laboral. En España, unas 120.000 personas sufren algún tipo de quemadura cada año, precisando cuidados hospitalarios un 5 por ciento. Según un informe de la Fundación Mapfre, cada año se producen en España más de 6.500 visitas a urgencias por quemaduras.
Pueden estar causadas por el calor (escaldadura, llamas, contacto o por fricción), por la electricidad, por productos químicos (sustancias ácidas y corrosivas), por radiaciones (rayos X, gamma, solar, ultravioleta, láser, microondas…), por frío o por inhalación de gases, humo, etc. Las quemaduras térmicas por llama y las escaldaduras (producidas por el contacto de líquidos o agua caliente con la piel), son las más frecuentes.
Como regla general, si has sufrido una quemadura y se forman ampollas, si es mayor que el tamaño de la palma de la mano, si se ha producido en cara, cuello, manos o pliegues de articulaciones o si se trata de quemaduras químicas, eléctricas o por inhalación hay que acudir a un centro sanitario.
Tipos de quemaduras
Las quemaduras se clasifican en función de la profundidad y la extensión de las mismas. Así, según la guía de «Primeros auxilios: quemaduras» del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales estos son los distintos grados y su gravedad según la profundidad:
- Primer grado: son las más leves, ya que solamente afectan a la capa superficial de la piel, produciendo enrojecimiento y dolor en esta.
- Segundo grado: afectan tanto a la epidermis como a la dermis, inflamándose el tejido y formándose ampollas. Se trata también de una lesión dolorosa y con pérdida de líquidos del tejido.
- Tercer grado: afectan a todas las capas de la piel y, a pesar de su aspecto de cuero seco, blanca o chamuscada, no generan dolor, ya que se han destruido las terminaciones nerviosas.
En cuanto a la extensión, existen diferentes reglas que utilizan los profesionales sanitarios para evaluar la gravedad de las quemaduras como la regla de los 9 de Wallace, la regla del 1 o de la palma de la mano y la tabla de Land & Browder para los niños. En el caso de los menores de 4 años es fundamental realizar una buena valoración, ya que las lesiones en apariencia más superficiales pueden ser las más profundas.
Qué hacer ante una quemadura
Sea lo que sea lo que ha producido la quemadura, lo primero es eliminar la causa, es decir, asegurarnos de retirar o alejarnos de aquello que la ha producido de forma segura y evitar que pueda producir más daño. Además, las quemaduras tienden a inflamarse, así que es importante que no llevemos nada que pueda ejercer presión en la zona donde la hemos sufrido.
Ante una quemadura eléctrica, química o por inhalación acude a un centro sanitario
En el caso de las quemaduras térmicas, las más frecuentes, los cinco pasos a seguir son:
- Retirar y asegurar lo que haya causado la quemadura.
- Si hay llamas, envolver con una manta para apagarlas.
- Aplicar agua tibia (15-20 grados): directamente bajo el chorro del grifo durante al menos 20 minutos. Abriga el resto del cuerpo para evitar hipotermia.
- Retirar la ropa (a no ser que esté pegada) u objetos que estén en la zona de la quemadura: anillos, gafas, reloj, etc.
- Si hay ampollas, no tocarlas.
En el caso de quemaduras químicas, que se producen cuando la piel entra en contacto con sustancias como ácidos o bases fuertes, es fundamental lavar con agua en abundancia para retirar los restos de la sustancia que lo ha producido, evitando salpicaduras a otras zonas.
En cuanto a quemaduras eléctricas, producidas por la acción directa de la corriente o calor que genera al pasar por los tejidos, además de cortar la corriente en condiciones de seguridad y revisar otras posibles lesiones, se recomienda poner sobre la zona afectada un apósito limpio y estéril que no se adhiera a la quemadura.
Si has inhalado de humo o cualquier tipo de gas lo primero es respirar aire fresco y buscar ayuda especializada lo antes posible.
Qué no hacer
Si alguna vez has sufrido una quemadura seguro que te habrán dado consejos como poner un trozo de patata o determinado producto porque así «se han curado siempre». Sin embargo, con estos remedios caseros solo conseguirás que duela más o que se infecte, así que:
- No la cubras con productos como aceite, pasta de dientes o un trozo de patata.
- Nunca enfríes con hielo, podría empeorar la lesión a causa de la vasoconstricción.
- Evita romper las ampollas, podría infectarse.
- No te automediques con antibióticos tópicos.
- No intentes retirar la ropa o cualquier objeto que se haya pegado a la piel de la zona quemada.
Saber cómo actuar ante una quemadura es clave para que no empeoren y se curen lo antes posible. Una vez curada, cuando la piel se ha regenerado del todo, si te ha quedado cicatriz lo mejor es evitar el sol, mantener la piel bien hidratada y aplicar aceite de rosa mosqueta o bio-oil en ella.
Si tienes dudas, ¡consulta a tu enfermera!
