“2021 será el año de la vacuna” afirma con rotundidad Joan Pons, eso sí, no basta con poner el brazo, el proceso de vacunación va a durar muchos meses y “tenemos que poner nuestro granito de arena para frenar este virus”. Con estas palabras el enfermero catalán se refiere a la mascarilla, el lavado de manos y la distancia social, las tres máximas que debemos seguir repitiendo como si fueran el padre nuestro del coronavirus. Es optimista pero también pide responsabilidad porque, como enfermero, no quiere volver a pasar por algo tan duro como lo que vivió en el pico de la pandemia.
«Se está poniendo nuestra seguridad por encima de esta carrera política de sacar la vacuna a cualquier coste»
Son algunos retazos de la charla que tuvimos justo la semana en que la vacuna de Oxford estuvo en la cuerda floja. Todo sucedió hace apenas unos días.
Cuando el ensayo más prometedor estuvo en la cuerda floja
La segunda semana de septiembre la farmacéutica AstraZeneca hacía público que frenaba el ensayo que estaba realizando en colaboración con la Universidad de Oxford, tras desarrollar una de las voluntarias mielitis transversa. Fue uno de los primeros batacazos después de la vuelta al trabajo pues muchas expectativas estaban puestas en esta vacuna. La Unión Europea tenía ya prevista una compra de 300 millones de dosis y el mismo ministro de sanidad Salvador Illa había prometido las primeras dosis para finales de año. El sueño se vio truncado y, en pocos días, caída en bolsa incluida, la intención de compra empezó a dirigirse hacia competidoras como Moderna, Pfizer o Johnson & Johnson. Pero falsa alarma, tan solo 4 días después, y después de una investigación independiente, se probó que la enfermedad de la voluntaria no tenía relación con la vacuna y el ensayo volvió a reanudarse.
«La población está conociendo más y mejor la labor de la enfermería»
Queríamos saber cómo se vivió esta situación desde dentro, desde la piel de uno de los voluntarios del ensayo de esta vacuna. Así que contactamos con él.
Así está viviendo Joan Pons la carrera por la vacuna
“Es algo completamente normal” nos decía Joan Pons. “Este tipo de parones han sucedido también en ensayos de otras farmacéuticas” y, de hecho, da cierto alivio el ver que “se está poniendo nuestra seguridad por encima de esta carrera política de sacar la vacuna a cualquier coste”. Y aquí Joan se refiere directamente a Trump, que ha prometido tener la vacuna antes de las elecciones o su propio primer ministro, Boris Johnson.
Como enfermero, no quiere volver a pasar por algo tan duro
“Yo siempre pido que me pongan que soy enfermero en Reino Unido”, concluye Joan cuando le preguntamos por cómo está viviendo como enfermero la crisis sanitaria. Y ahí saca pecho de orgullo enfermero asegurando que la parte buena de la pandemia es que «la población está conociendo más y mejor la labor de la enfermería». Y además al decir que es enfermero ya no le preguntan si es gay, dice con cierta sorna.
Sobre por qué se prestó como voluntario, cuándo sintió que tenía que dejar su bata de dirección para ponerse el pijama y bajar a planta, o cómo ve a la enfermería en la lucha contra la Covid-19 podéis verlo en la entrevista completa.