La temporalidad en la vida laboral de los enfermeros acarrea un estado de incertidumbre permanente. Sofía Martínez es hoy la cara de muchos enfermeros eventuales, que se pasan la vida pegados al teléfono móvil, esperando. Suma más de 20 contratos, algunos tan solo de un día, desde sus inicios en 2009. Hoy por hoy, lleva tres meses en el Hospital de la Vega Lorenzo Guirao de Cieza, pero sus inicios fueron duros.
Una situación que le generó mucho malestar emocional
A lo que se sumó tener que vivir pendiente del móvil, incluso salir a hacer deporte o darse una ducha era todo un calvario porque en cualquier momento podía sonar el teléfono.
Años después la situación ha mejorado, pero ese estado de incertidumbre y precariedad le generó una sobrecarga mental y física enorme, teniendo que dejar parte de su vida personal en el camino.
‘Dar lo mejor de nosotros’ porque ‘somos necesarios’
Una situación que, en la época COVID, le ocasionó, incluso, un trastorno del sueño. Por todo ello, Sofía recuerda la importancia de un colectivo como el de Enfermería y la necesidad de conseguir la ansiada estabilidad laboral para el sector.
Una situación parecida corrió Javier Ortiz, enfermero en el mismo centro hospitalario de Cieza, quien, tras muchos contratos precarios, marchó a Francia en busca de mejores oportunidades.
‘El eterno sustituto’
Años después, Javier regresó a España y a la Región de Murcia, pero necesitó 15 años de su vida para contar y conseguir cierta estabilidad laboral y familiar.
Por eso, estos enfermeros coinciden en dar la misma solución al problema de temporalidad y precariedad laboral de enfermeros en la Región de Murcia: el aumento de las plantillas.
La estabilidad laboral para los enfermeros es y será siempre una prioridad, porque la temporalidad es un problema real de precariedad para la profesión y una auténtica lacra del sistema sanitario español.