Con motivo del Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres, el Sindicato de Enfermería de Euskadi ha proyectado hoy el documental “Nagore”, una película que gira en torno a la muerte violenta de la estudiante de Enfermería Nagore Laffage. Posteriormente, hemos podido tener un coloquio con Asun Casasola, su madre.
“Nadie quería ser el chivato, todo el mundo veíamos cosas, pero como no queríamos ser el chivato nos callábamos”
El club de los valientes
Asun Casasola cree que hay que trabajar el tema de la igualdad con la gente joven, ya que muchas/os de ellas/os no saben cómo está el mundo. Por esta y más razones, desde el 2011, ofrece charlas formativas en colegios sobre cómo vivir en igualdad a los más jóvenes.
Además, afirma con especial ilusión que ha visto un gran cambio en el comportamiento de las/os chavalas/es, ya que han pasado de ser chivatas/os a ser valientes. “Se ha creado la figura del club de los valientes”, dice orgullosa, refiriéndose a los que si ven alguna señal de violencia lo dicen sin ningún miedo, sin quedar de chivatas/os.
“Vamos avanzando, despacito, pero avanzamos”
Esperanza
Asun Casasola está convencida de que el mundo va a cambiar, que poco a poco la lucha entre todas tendrá su resultado. Tiene mucha esperanza en ello, y dice no perderla, porque quiere marcharse de este mundo sabiendo que lo deja mejor de lo que estaba antes. “Estoy convencida de que lo vamos a conseguir” dice, pero remarca la necesidad de salir a la calle y no quedarse en casa, porque sin lucha no hay cambios.
Según la madre de Nagore Lafage, como sociedad hemos avanzado muy poquito, y se muestra positiva a pesar de que ese avance es más pequeño de lo que a ella le gustaría. Agradece la unión entre todas las feministas y toda la gente que sale a protestar, y remarca, una vez más, lo necesario que es para avanzar en conjunto.
“Quiero irme de este mundo sabiendo que el mundo está mejor”
Como profesionales de la salud, queremos decir a todas aquellas mujeres que pueden estar sufriendo, que cuenten con nosotros/as. Por su accesibilidad y cercanía, enfermeras y fisioterapeutas podemos ser agentes de salud clave en la lucha contra esta lacra social.
