En la capital viven 7.925 grandes dependientes inmovilizados no institucionalizados (aquellos que no viven en una residencia) que deben ser vacunados dentro del operativo dispuesto para los grupos priorizados en la Estrategia de Vacunación.
Los grandes dependientes son personas vulnerables que, por diversos motivos de salud, pueden verse obligados a permanecer encamados gran parte de su tiempo, o que tienen una gran dificultad para moverse por lo que necesitan ayuda de un cuidador. Por este motivo se prioriza su vacunación y se han creado 28 Unidades de Vacunación en Domicilio de Atención Primaria formadas por personal de Enfermería y conductores.
Así comienza el viaje de una vacuna
Una vez allí las vacunas llegan a los centros de salud desde una de las siete Direcciones Asistenciales de Atención Primaria, son ya las enfermeras de Atención Primaria las encargadas de preparar las vacunas para acudir a los domicilios. Los días previos se encargan de llamar a los pacientes para concertar la cita. Un día y una hora que suponen una gran alivio para estos pacientes y sus familias.
La vacunación de los grandes dependientes inmovilizados y sus cuidadores comenzó en Madrid el 8 de marzo y se hace con dos tipos de vacunas diferentes:
- Pfizer para los 7.360 pacientes mayores de 55 años y los que tienen entre 16 y 18 años.
- AstraZeneca para los 565 dependientes con dificultad o imposibilidad para moverse con edades comprendidas entre los 18 y los 55.
Una vez recogidos los viales necesarios para las citas del día hay que preparar su transporte. Éste es un punto importante ya que hay que tener en cuenta la temperatura a la que las vacunas han de mantenerse a lo largo de su jornada para que no pierdan su eficacia.
Próxima estación, el domicilio
Con las dosis y el instrumental ya preparado, la enfermera se dirige en coche a los domicilios citados en el día. Allí la esperan con muchas ganas de recibir la primera dosis de la vacuna.
Una vez en la vivienda, la enfermera ha de cerciorarse de que el paciente no tiene síntomas de infección por coronavirus, ni ha pasado ya la enfermedad. Antes del pinchazo le explica a la persona dependiente y a su cuidador lo que han venido a hacer y los posibles efectos secundarios que pueden tener en las próximas horas.
Una vez inyectada la dosis se desechan las agujas en el contenedor, se actualiza la cartilla de vacunación de los pacientes y se dirigen al próximo domicilio.
Así es el día a día de estas unidades. Un trabajo clave para vacunación de aquellos que por motivos físicos, mentales, intelectuales o sensoriales apenas salen de casa y necesitan de intensas medidas de apoyo.