Cada año mil millones de niños y niñas en todo el mundo deben hacer frente a la violencia en la escuela. Según la Unesco, uno de cada tres alumnos de entre 11 y 15 años sufre acoso al menos una vez al mes y ha sido agredido físicamente al menos una vez al año. Uno de cada diez sufre ciberacoso.
En España, según los datos del V informe “La opinión de los estudiantes sobre acoso escolar” de la Fundación Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo (ANAR) y Mutua Madrileña, uno de cada diez alumnos cree que en su clase hay compañeros que sufren bullying.
Cada hay vez hay más concienciación por parte de la comunidad educativa y la sociedad. Contamos con más herramientas para prevenir y detectar el bullying, pero queda mucho por hacer, porque descienden los casos pero no las consecuencias.
No al miedo
Desde hace cuatro años, la Unesco celebra el primer jueves de noviembre el Día Internacional Contra la Violencia y el Acoso Escolar.
El objetivo de este día es concienciar a la población mundial sobre este problema y favorecer la creación de entornos seguros de aprendizaje. Ello repercute en la salud y el bienestar de los niños.
Este año, bajo el lema “No al miedo: acabar con la violencia escolar para mejorar la salud mental y el aprendizaje” pone de relieve el impacto que tiene el bullying sobre la salud mental.
Una experiencia como la violencia, el acoso y la discriminación en el entorno escolar pueden provocar trastornos mentales que afecten al aprendizaje. Por el contrario, la seguridad en la escuela está relacionada con mayor salud mental y mejor rendimiento educativo.
Prevenir y detectar a tiempo
Para combatir el bullying es necesario trabajar de forma multidisciplinar y actuar desde la prevención y la modificación de actitudes.
Según la Unesco, para lograr unos entornos de aprendizaje seguros es fundamental la colaboración de sectores como la salud. Enfermería juega un papel crucial y más si lo hace desde la misma escuela.
Así, la enfermera escolar puede colaborar la prevención y evitar las conductas que desencadenan el bullying. También a detectar y tratar a acosadores, acosados y espectadores.
Impacto del bullying en la salud
Física, psicológica o sexual; en la escuela o en el camino a casa; también desde cualquier lugar a través del ciberacoso. Todo son formas de violencia que suponen una violación del derecho a la educación, salud y bienestar de niños, niñas y jóvenes.
Así, el bullying se asocia con:
- Dolores de cabeza.
- Trastornos del sueño.
- Baja autoestima.
- Agresividad.
- Dificultad para relacionarse con los demás.
- Abuso del alcohol, tabaco y drogas.
- Relaciones sexuales de riesgo.
- Menor rendimiento escolar.
La repercusión en la salud mental de la infancia y adolescencia también es clara, aumentando el riesgo de sufrir ansiedad, depresión, autolesiones y pensamientos y acciones suicidas. Tanto en las víctimas, como en los acosadores y los espectadores.
Los problemas de salud mental en la infancia y adolescencia son cada vez más frecuentes. De hecho, según ANAR, en 2022 el mayor número de consultas que recibieron estuvieron por primera vez relacionadas con problemas de salud mental.
Además, sufrir acoso escolar incrementa el riesgo de sufrir violencia o perpetrarla en la edad adulta.