Se cumple esta semana el aniversario del nacimiento de Elvira Dávila Ortiz. Esta enfermera colombiana, como señala Diego Molina, «es una enfermera con mayúsculas. Fue una investigadora de calado, que libre de la carga de los prejuicios anuncia en sus estudios la grandeza intelectual de la igualdad de lo diferente». Contribuyó como enfermera a impulsar la donación de sangre en Iberoamérica y en el mundo. Es considerada pionera de la Enfermería.
Según nos cuenta Diego Molina Ruiz, autor del libro “Enfermeras con Historia”, Elvira Dávila nació el 10 de febrero de 1917, hace 103 años. Era hija de José Domingo Dávila Pumarejo y Paulina Ortiz Rodríguez Ugarte. Inició los estudios en el colegio Sagrado Corazón de Bogotá. Viajó a Europa, donde cursó estudios en diferentes centros de Eastbourne (Reino Unido) y en el English Convent de Brujas y en el internado de Ixelles de Bruselas. Esto le permitió aprender, no solo sobre la práctica de la enfermería, sino también inglés y francés.
De vuelta a Colombia
A su regreso a Bogotá en 1930 continuó sus estudios nuevamente en el Sagrado Corazón y en 1932 entró al colegio de hermanas de la Presentación, llamado San Façon. En 1938 le propuso a su padre la idea de estudiar enfermería. «Tras las continuas negativas de su progenitor, su padre le permitió estudiar enfermería en el Centro de Acción Social Infantil, y el 3 de marzo de 1943 se graduó como Enfermera», señala Molina en su libro.
Estudios
Su visión profesional sobre transfusiones de sangre comenzó a madurar al tiempo que concibió su tesis de grado. Hay que decir que durante la Primera Guerra Mundial, excepto las transfusiones de plasma, las de sangre no habían tenido ningún éxito en pacientes en ninguna parte del mundo, por lo que sus profesores la animaron a elegir un tema sin riesgos para la salud humana. No obstante, y en contra los consejos adversos de la comunidad médica de su entorno, escribió una tesis abiertamente revolucionaria sobre Transfusiones de Sangre y Plasma.
Sus prácticas las realizó en el hospital de la Misericordia donde se asombró por la cantidad de niños que fallecían por anemia. «Ella veía», apunta Molina, «que era posible que se les hicieran transfusiones«. Así que, paralelamente a la redacción de su tesis de grado, «las primeras prácticas de transfusiones basadas en sus investigaciones científicas» las realizó en el hospital de la Misericordia en la fontanela anterior de los recién nacidos. Los niños se recuperaron satisfactoriamente, y por eso, los Departamentos de Cirugía y del Servicio de Enfermedades Tropicales del Hospital San Juan de Dios contactaron con ella para que realizara las transfusiones de ésos departamentos, pues ninguna persona estaba capacitada en Colombia para llevar a cabo procedimientos similares.
Banco de Sangre
Su investigación científica fue el presagio de una carrera prominente y sin antecedentes en Iberoamérica. Fue así como dos meses más tarde, uno de los examinadores de su tesis de grado, el Director del Hospital de la Samaritana y entonces Presidente de la Cruz Roja Colombiana, Profesor Jorge E. Cavelier, la convocó para ofrecerle la creación del primer Banco de Sangre del país, cuyo concepto era tan ajeno en Colombia como esperanzador.
Elvira Dávila aceptó el reto, y tras una detallada investigación durante tres meses, se aprobó en su integridad. Los recursos para la implementación del primer Banco de Sangre de Colombia fueron donados por la Junta Directiva de Bavaria, razón por la cual lo nombraron Banco de Sangre Bavaria.
Miedo a donar
El primer obstáculo al que se enfrentó el Banco de Sangre Bavaria fue persuadir a los futuros donantes de las bondades de la transfusión de sangre: salvar vidas. La población tenía miedo a donar. Pensaban que podían perder la vida o, incluso, contagiarse de una enfermedad. Así les pagaban por el “servicio” unos cinco centavos de peso por centímetro cúbico donado.
En Europa el primer servicio de donación voluntaria de sangre para ser almacenada, se creó en octubre de 1921 y fue a cargo de Percy Lane Oliver, secretario de la Cruz Roja británica, quien ideó y puso en marcha un servicio que recorría las calles de Londres en busca de voluntarios que quisieran donar sangre. Esta unidad de almacenamiento era vital con el fin de solventar los problemas de abastecimiento que en ese momento existían en Gran Bretaña. Luego, llegó Bernard Fantus que acuña el término «banco de sangre» y establece el primero en los EEUU. Estaba ubicado en el Cook County Hospital de la Ciudad de Chicago.
Técnicas quirúrgicas
Junto a Cavelier, decidieron crear la Facultad de Enfermería de la Pontificia Universidad Javeriana, en la que Elvira Dávila empezó a dar clases sobre las técnicas quirúrgicas para el apoyo en las cirugías más avanzadas. Dávila llegó a ser directora de enfermería del Hospital La Samaritana, del Hospital Universitario San Ignacio y de Profamilia.
Dávila marcó el principio de la profesión en la importante carrera de la donación, que tantas vidas ha salvado, y en la que enfermería tiene un papel fundamental. Papel que se concreta en todo el proceso de la donación y en su control, la hemovigilancia, un territorio mayoritariamente enfermero.
Medalla Florence Nightingale
Fue candidata a la Medalla Florence Nightingale en 2007, la más alta distinción internacional de la profesión, por sus aportaciones en el campo de la salud pública . Elvira Dávila Ortiz falleció el 25 de agosto de 2008, a los 91 años de edad.
Elvira Dávila fue una enfermera con visión, innovó en salud, y aplicó la ciencia y la investigación. Y tú, ¿qué innovación has incluido en tu día a día?, ¿qué destacarías de tu trabajo? ,¿qué te gustaría aportar al resto de profesionales? Cuéntanos tu historia a info@enfermeriatv.es o con #Enfermeras2020 en redes sociales.