El Día Internacional contra la violencia y el acoso en la escuela, incluido el ciberacoso, tiene como objetivo sensibilizar a las personas acerca del problema de la violencia en línea y el ciberacoso, sus consecuencias y la necesidad de ponerles fin. También hace un llamamiento a la prevención de la violencia en línea, con miras a garantizar la seguridad y el bienestar de niños, niñas y jóvenes.
La violencia en el ámbito escolar es una realidad que deniega cada día a millones de menores el derecho humano fundamental de la educación. Según la UNESCO, uno de cada tres menores (32%) ha sido intimidado en la escuela al menos una vez en el último mes y una proporción similar se ha visto afectada por la violencia física. La intimidación física es la más frecuente en muchas regiones, con la excepción de Norteamérica y Europa, donde es más común la intimidación psicológica.
El acoso sexual es el segundo más común en muchas regiones. La violencia escolar y la intimidación afectan tanto a los alumnos como a las alumnas. El acoso físico es más común entre los niños, mientras que el psicológico es más frecuente entre las niñas. Además, aumentan también el acoso en línea y por teléfono móvil, dice el informe.
Tras las cifras
En el caso del ciberacoso es especialmente preocupante las redes sociales que llegan ya a suponer hasta un 18% del total del acoso escolar que sufren los menores de edad. Son tres de ellas donde más se concentra este comportamiento: WhatsApp, Instagram y Tiktok. El 95 % de los profesores señala al uso inadecuado de redes sociales y tecnología como principal factor de riesgo para el acoso escolar. Los datos proceden de un informe elaborado por la Fundación ANAR de ayuda a niños y adolescentes.
WhatsApp es la plataforma de mayor incidencia (70,3%), seguida de Instagram (54,9%), TikTok (37,4%) y Twitch (15%). En estas redes sociales se ha registrado, además, un importante crecimiento durante el último año de casos de ciberacoso. Es destacable el porcentaje de acoso escolar recibido a través de los juegos online (32,1%); reflejando que se da en todos los entornos digitales donde hay presencia de menores. En cuanto al acoso escolar presencial representa el 26,7% de los ataques.
Perfiles de ciberacosadores
En cuanto al perfil de los ciberacosadores no se determina una tipología concreta. La Fundación ANAR recoge en su estadística que un 25% de los alumnos españoles reconocen haber participado en un caso de acoso o ciberacoso sin ser conscientes de ello. Y es que reírse de un comentario agresivo o dar me gusta a una burla pueden comportar el que se incurra en este comportamiento; esto es algo que no todos los menores son capaces de comprender.
Se destaca la sensación de impunidad al incurrir en estas prácticas a través de la Red, a pesar de que el 85,2 % de los alumnos afirma conocer a los acosadores, identificando hasta un 53,9% como compañeros de la misma clase. Esa falsa sensación de impunidad sobreviene al no ser conscientes de que las direcciones IP de los dispositivos desde los que se conectan a Internet para llevar a cabo sus agresiones son rastreables, pudiendo ser identificados.
Refuerzo educación digital
Desde la Fundación ANAR se apuesta por un refuerzo de la educación digital tanto en el seno de la familia como en el entorno educativo, recomendándose que sólo se acepten como contactos a usuarios conocidos. También se ha de procurar no compartir en Internet información privada, específicamente fotografías o vídeos con contenidos íntimos.
En caso de producirse una ciberagresión la recomendación es pedir ayuda a familiares y profesores; procurar no responder a las agresiones; no borrarlas para que puedan servir de prueba al perseguir al ciberagresor. Por último se recuerda a quienes sean testigos o espectadores de este tipo de comportamientos que no deben convertirse en cómplices. Es importante acudir también a adultos para notificar la situación.
Enfermera escolar
Dentro del ámbito educativo, la profesión enfermera, a través de la enfermera escolar, tiene un importante campo de acción. Puede iniciar intervenciones para evitar que se generen este tipo de situaciones y también es decisiva en la identificación de casos, dado la relación de confianza que se establece entre la enfermera y el alumnado, y el conocimiento de la influencia de este tipo de situaciones en la salud. Hay trabajos que evidencian la actuación enfermera en este campo, especialmente en Estados Unidos, donde la enfermera escolar está presente en los centros desde hace años.
Cada día se resalta la necesidad de establecer planes de cuidado en los ámbitos educativo y familiar para ofrecer intervenciones que vayan dirigidas al diagnóstico oportuno, la sensibilización y la atención inicial de los menores, la familia y los maestros. Es importante que el profesional en enfermería se convierta en promotor de información sobre este tema entre los niños, padres y profesores; ayude a la elaboración de programas y campañas contra el acoso en el ámbito escolar y fomente la salud mental de niños, niñas y adolescentes.
¿Cómo detectarlo y frenarlo?
Se requiere también la identificación temprana de signos y síntomas que indiquen que el niño puede ser acosador o sufrir de acoso escolar como, por ejemplo:
- Problemas de memoria, dificultad en la concentración y atención y descenso del rendimiento escolar.
- Depresión, ansiedad, irritabilidad, falta de apetito, dolor de cabeza, malestar generalizado, cansancio, sensación de ahogo, etc.
- Dificultades para dormir, pesadillas o insomnio.
- Aislamiento social, apatía e introversión.
- Mantenerse en estado de alerta de manera constante.
- No querer ir al colegio, ni juntarse con otros niños.
- Sentimientos de culpa y asunción de responsabilidad de los hechos.
- Conductas de huida y evitación.
- Negación de los hechos e incongruencias.
- Llanto incontrolado, respuestas emocionales extremas.
- Miedo a perder el control o a estar solo.
- Síntomas como temblores, palpitaciones, inquietud, nerviosismo, pesimismo, etc.
- Ideas e intentos de suicidio.
Por una infancia feliz y con plenos derechos
Demasiadas personas todavía piensan que el acoso en la escuela, incluido el ciberacoso, es un rito inofensivo de paso a la edad adulta y que poco se puede hacer para detenerlo. En cambio, hay pruebas sólidas de que la violencia y el acoso en la escuela, incluido el ciberacoso, provocan enormes secuelas y pueden prevenirse. La atmósfera de ansiedad, miedo e inseguridad es incompatible con el aprendizaje. Trabajemos por una infancia y adolescencia feliz y con plenos derechos, lejos del miedo.