“Hay muchas enfermeras que por la carga asistencial y el ratio de pacientes, sufren ansiedad y estrés, lo que deriva en bajas. Hay un agotamiento profesional muy importante” asegura Elisabeth. La representante de SATSE expone un problema que se retroalimenta: la falta de enfermería genera sobrecarga y desgasta, llegando a enfermarse y a veces provocar el abandono de la profesión. La escasez de profesionales para contratar, a su vez, genera denegación de días libres o vacaciones, lo que empuja a las enfermeras a sufrir mayor “burn-out”.
“A parte de pedirte más horas de trabajo para cubrir ese nivel de asistencia que tiene la hospitalización privada, además nos niegan descansos que nos pertenecen. Somos enfermeras, pero también somos personas y vamos cayendo” asegura.
Ratios desproporcionados
El problema de la falta de enfermeras en algunos centros es realmente impactante. Elisabeth recuerda que en su juventud trabajó en un sociosanitario en el que llegó a estar al cargo de entre 30 hasta 40 pacientes ella sola. “Aguantamos porque la profesión nos motiva y queremos que el paciente al final siempre reciba lo mejor. Pero es una pena porque con ratios como los que tenemos se pierde calidad. Tenemos una sanidad muy buena que no deberíamos desperdiciar y se está deteriorando” asegura esta enfermera.
“Hay que dar valor a lo que tenemos, tenemos enfermeras muy buenas dando el cayo cada día y es una pena que estas profesionales se pierdan porque están de baja, abandonan la profesión o se van a otros países porque no se las está valorando” asegura Elisabeth. “Es un problema general en la actualidad en todo el Estado español, pero en la hospitalización privada es más acentuado” explica. En ese sentido, Domínguez reclama la puesta en marcha de la Ley de Seguridad del Paciente, que como regla general establece un máximo de seis pacientes por enfermera en las unidades de hospitalización. Esta profesión pone de relieve que “necesitamos esta norma para poder atender bien al paciente y dar esa calidad asistencial”.