Este grupo está formado por 168 personas, es decir, que ahora mismo hay un vigilante epidemiológico por cada 3.700 habitantes. Una cifra mayor que en otras comunidades y que demuestra la confianza absoluta que hay en su trabajo como uno de los puntos clave para reducir los contagios.
La unión y el trabajo de este equipo multidisciplinar formado por enfermeras, psicólogos, auxiliares administrativos, trabajadores sociales, militares, etc. está dando sus frutos y han conseguido doblegar la 3ª ola que desde principio de año azotaba la comunidad. Así nos lo cuenta la enfermera coordinadora del equipo, Rocío Loma-Osorio
¿En qué consiste su trabajo?
Este grupo de profesionales se encarga de detectar y hacer el seguimiento de los casos. Se llama al paciente y se le da la noticia de que es positivo (si es que no les habían informado aún). Lo más importante es ayudar a la persona a procesar el shock por la noticia. Los positivos sintomáticos más o menos se lo pueden imaginar, pero para los asintomáticos es una noticia más difícil de asimilar.
Además, tratan de hacer ver a la persona la responsabilidad que ahora recae sobre ellos: tratar de frenar los contagios que puedan surgir de ella. En este sentido, uno de los puntos que más trabajan es recordar al paciente que ellos no juzgan ni castigan si han hecho algo ilegal, que lo único que quieren es saber sus contactos estrechos (los realizados las 48 horas previas) para prevenirles y controlar la expansión del virus.
Ésta es quizás la parte más importante y difícil de su labor. Para ello es fundamental hacer ver al paciente que les escucha al otro lado del teléfono que solo tratan de cuidarles a ellos y a los demás. Una virtud que Rocío Loma-Osorio considera el punto fuerte de la enfermería.
Cualidades para conseguir hacer un buen trabajo de vigilancia epidemiológica
Un ordenador, un teléfono y unos cascos son las armas físicas con las que este equipo se enfrenta a la Covid-19. Pero para conseguir resultados, las aptitudes personales son las más importantes y se resumen en tres:
- Empatía. es fundamental ponerse en el lugar de las personas a las que estás llamando y tratar de entender sus preocupaciones.
- Capacidad para conversar. Esto es fundamental por dos razones: la primera, conseguir que las personas se sientan acompañadas en este momento. La segunda, para conseguir recibir la información que necesitan.
- Paciencia. Hay personas que por miedo, desconocimiento o por insolidaridad, no están dispuestas a ayudar a los rastreadores informándoles sobre sus contactos más estrechos. Ahí entra en juego la perseverancia del profesional para poco a poco ganarse su confianza y conseguirlo.
Misión: controlar los brotes
Gracias a la labor de este equipo líderado y formado ampliamente por enfermeras se están controlando más los brotes. El pasado 21 de enero en La Rioja se diagnosticaron 348 casos. Ayer solo hubo 41. Un claro ejemplo de que el trabajo conjunto entra las instituciones y este equipo da sus frutos.
Al conseguir los contactos estrechos de un infectado, estos irán a realizarse la PCR. Así pueden aparecer muchos casos de personas aún asintomáticas que se detectan rápidamente y empiezan a guardar cuarentena y a informar de sus propios contactos. De esta manera la expansión del virus se ralentiza.
En La Rioja se han llevado a cabo 5.366 pruebas diagnósticas desde que comenzó la pandemia. Es decir, 1.693,82 PCRs o test de antígenos por cada 100.000 habitantes, lo que le sitúa levemente por encima de la media de España.
Las cuarentenas
Otro de sus trabajos es controlar telefónicamente que los positivos por Covid-19 guarden la cuarentena. La mayoría de los positivos cumplen el aislamiento domiciliario pero, para los que tratan de saltárselo, existe el control por parte de los vigilantes epidemiológicos. Lo que tratan es de hacer ver que la cuarentena no es un castigo sino una necesidad para salvar vidas.
Para ello, este equipo en el trabajan hasta estudiantes de 4º de Enfermería como Laura Sánez, pone todo su empeño. La vigilancia epidemiológica se ha convertido en otro frente desde el que se trata de acabar con este virus que nos ha cambiado la vida y que ha vuelto a poner en valor la profesión de la enfermería. Un trabajo que una vez más demuestra su multidisciplinaridad y su adaptación a las necesidades del paciente.
Ya saben, si un día reciben una llamada de este equipo, colaboren y cumplan aquello que se les pida porque este virus lo tenemos que parar entre todos.