La Unión Europea ha aprobado la apertura de fronteras exteriores que puede empezar a aplicarse a partir del 1 de julio. De los 172 países a los que se permitía la entrada antes de la pandemia, la UE reabre fronteras solo a una quincena. Deja fuera a grandes países como Estados Unidos, Rusia y Brasil, aceptando a China solo si aplica la reciprocidad e incluyendo a un solo país de América Latina, Uruguay. En el listado también están tres países del Magreb, como Marruecos, Argelia y Túnez, dos de los Balcanes, que son Serbia y Montenegro, además de Canadá, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Corea del Sur, Tailandia, Georgia y Ruanda.
Cada socio europeo puede decidir no permitir la entrada de pasajeros procedentes de estos países si no aplican reciprocidad con los viajeros europeos. Es lo que ha acordado España con Marruecos, que actualmente tiene cerrada su frontera.La propuesta de la Comisión Europea es que se autorice la entrada y salida de los ciudadanos y residentes europeos con destino a cualquier país, incluso hacia aquellos a cuyos ciudadanos no se permita la entrada en la UE. Los Estados de la UE podrán imponer a sus ciudadanos medidas restrictivas, como una cuarentena, cuando regresen de países terceros no considerados seguros.
Criterios de reapertura
Entre los criterios que se han aplicado en la selección figuran: epidemiológicos, ratio similar o inferior a la media europea en contagios por cada 100.000 habitantes durante 14 días, y de reciprocidad, apertura de fronteras bidireccional.
La Unión Europea ha previsto también la entrada desde esos países a trabajadores del sector sanitario, trabajadores fronterizos, temporeros, trabajadores del sector de transporte, diplomáticos, pasajeros en tránsito, personas que viajen por un motivo familiar de fuerza mayor, marinos, personas que necesiten protección internacional o por razones humanitarias, personas que cursen estudios en la UE. También trabajadores altamente cualificados cuyo trabajo no se pueda aplazar o ejecutar desde fuera del territorio comunitario.
Estado de alarma
El sábado 14 de marzo España entró en el estado de alarma decretado por el Gobierno para tratar de contener la pandemia del coronavirus. Un estado de alarma que se prolongó en seis ocasiones. Contó en todos los casos con la mayoría del arco parlamentario del Congreso de los Diputados. A los 99 días, se levantaron las restricciones a la movilidad, no sólo a los ciudadanos españoles, sino también a los viajeros de todos los países del espacio Schengen, a excepción de los portugueses, que lo han hecho el 1 de julio.
Las personas que lleguen a España se someterán a tres controles primarios. Por una parte, deberán rellenar el formulario de localización. Se trata de la conocida como Passenger Location Card (PLC), que ya se usa en estos momentos. Esta incluye datos de localización de la persona; así como información sobre si ha pasado el Covid-19 y en qué circunstancias. También se seguirá realizando el control de temperatura y, finalmente, un control visual. Si no se supera este control, la persona será explorada y derivada al servicio de salud correspondiente. Desde el 1 de julio el formulario se encuentra digitalizado para agilizar el proceso.
Para facilitar un tránsito fluido por los aeropuertos, el control de temperatura, que ya se realiza desde el 15 de mayo a los pasajeros de vuelos que proceden del extranjero, se realizará con cámaras termográficas. Además, en las próximas semanas, el documento de localización, que hasta el momento se cumplimenta en el avión y se entrega en mano una vez el viajero llega al destino, se digitalizará.
Sanidad exterior
Según informa el Ministerio de Sanidad, el pasado 21 de junio se reforzó los servicios de Sanidad Exterior en 100 personas, a los que se han sumado personal hasta alcanzar los 650 profesionales más. Se trata de médicos, enfermeras y auxiliares. En función de las necesidades de las próximas semanas, se seguirá contratando a más profesionales para las tareas de control de llegada de viajeros.
El Gobierno aprobó ya el 9 de junio el Real Decreto un conjunto de medidas que regularán la situación tras el fin del periodo de fases de desescalada. El ministró de Sanidad, salvador Illa, ha señalado que algunas de las medidas no son nuevas, sino que prolongan las adoptadas durante el estado de alarma, como las de prevención e higiene. Unas medidas que son claves para frenar la propagación del virus.
Concretamente, se ha referido a la limpieza de espacios públicos y privados, el lavado frecuente de manos, el mantenimiento de la distancia mínima interpersonal de 1,5 metros y el uso obligatorio de mascarilla en la vía pública, en espacios al aire libre y en espacios cerrados de uso público o que se encuentren abiertos al público, así como en los transportes. A partir de ahora, en los medios terrestres y aéreos, ha destacado Illa, los operadores que trabajen con asiento preasignado deberán conservar los registros de pasajeros un mínimo de 4 semanas «para poder garantizar la trazabilidad de los contactos si se produjeran casos positivos».
Vigilancia y control
El ministro ha puesto en valor el funcionamiento del sistema de vigilancia. Este sistema ha permitido detectar brotes de coronavirus y actuar «con prontitud y eficacia para controlarlos», ha explicado el ministro.
Illa ha subrayado que España cuenta además con el alcance global de la epidemia gracias al estudio de seroprevalencia, que esta semana acaba su tercera oleada y hasta el momento muestra que la Covid-19 ha afectado al 5% de la población. El estudio se publicará próximamente en la revista científica The Lancet.