Mujeres, enfermeras y visibles

Mujeres, enfermeras y visibles

No tienen los superpoderes de una heroína y tampoco los necesitan. Solo con su trabajo son capaces de cosas extraordinarias. Hacer sonreír a una mujer víctima de violencia de género, procurar transfusiones de sangre seguras, detectar brotes de coronavirus e incluso acompañar un embarazo que no llegaba. Así son las protagonistas de Enfermería Visible.

En esta temporada de Enfermería Visible hemos parado nuestra lupa sobre Deborah Atance. Su timidez no la impidió que nuestras cámaras la siguieran durante una jornada de trabajo en el SUAP de Colmenar Viejo, en Madrid. Su especialidad la convierte en una rareza, porque aún hay pocas enfermeras con tanta experiencia y formación en violencia de género.

“Quiero que mis hijas crezcan en una sociedad libre de violencia machista”

Su trabajo no se queda en la consulta de urgencias, ella ha querido ir más allá. Varios años ha tardado en finalizar una tesis doctoral que documenta y analiza los casos de violencia de género que han llegado a sus manos. Su objetivo era tanto profesional como personal: “Quiero que mis hijas crezcan en una sociedad libre de violencia machista”.

Laura Moreno es otra pionera. Su consulta de información en reproducción asistida es la primera en un hospital público, en concreto, el Gregorio Marañón, en Madrid. Hasta ella llegan las mujeres que quieren ser madres y que precisan ayuda biomédica para conseguirlo.

Su trabajo consiste en acompañar un proceso que suele ser largo, complejo y a veces frustrante. Un estudio concluye que las pacientes que estaban mejor informadas presentaban niveles de ansiedad menores. Es decir, Laura consigue que las futuras mamás perciban de manera más positiva el proceso de reproducción asistida. Laura le quita importancia, pero no te pierdas su mirada cuando llama por teléfono a una paciente para anunciarle que está embarazada.

La donación y la transfusión de sangre son procesos con un altísimo porcentaje de seguridad gracias a enfermeras como Marisa González, hemovigilante. Ella y su equipo se encarga de que la solidaridad de los donantes llegue intacta a su destino gracias a un minucioso proceso de control en todas las etapas.

Su trabajo es la garantía de que la sangre y sus derivados está en perfectas condiciones para salvar vidas. Una labor invisible a la que hemos abierto los ojos en este programa.

Las llaman rastreadoras, pero su denominación correcta es enfermeras de vigilancia epidemiológica, también conocidas como EVE. De su trabajo se habla mucho, pero conocer de primera mano a Esther Amores es la mejor forma de saber la importancia que tiene su papel para contener a la COVID-19.

Ella coordina al equipo de enfermería de vigilancia epidemiológica en el Hospital General de Ciudad Real. Son detectives, investigadoras y con gran capacidad de empatía al otro lado del teléfono. Son el dique de contención del coronavirus y de su trabajo depende que podamos convivir con este virus.

Visibles contra la COVID-19

Los aplausos nos recordaban cada día quienes estaban cuidando de las miles de personas afectadas por coronavirus. Era una recompensa social al esfuerzo y al sacrificio que estaba haciendo la enfermería en los peores momentos de la pandemia.

A pesar de tener unos descansos muy limitados, dos enfermeras y un enfermo accedieron a contar su historia en nuestro programa de Enfermería Visible. La primera fue Isabel Pedrosa, cuya vida personal y laboral había dado un giro radical para trabajar en una UCI del hospital madrileño Fundación Jiménez Díaz.

IFEMA, convertido en un símbolo por su capacidad y su rápida puesta en marcha, fue una realidad gracias al esfuerzo de profesionales como Ana Ruiz. Esta enfermera le quiso poner humanidad a las crecientes cifras de ingresos con una biblioteca solidaria, que también contaba por cientos los libros donados cada día.

En la Atención Primaria la batalla no cesaba. Falta de material, agendas interrumpidas, sanitarios desplazados, centros cerrados y una atención telefónica continua para atender a las personas que desde sus casas tenían que pasar el virus en medio de la incertidumbre y el miedo. Y allí estaba la enfermería. Nos lo contaba Carlos Santos, coordinador de un centro de salud en Alcobendas. Su máxima era cuidar a su equipo de enfermeras y enfermeros para mantener el trato cercano con el paciente, a pesar de todo.

 

¿Y tú? ¿Cuál es tu historia? Escríbenos a enfermeriavisible@enfermeriatv.es para que podamos contarla y hacerla visible.

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