El BOE del 5 de julio de 2023 recoge el acuerdo por el que se declara la finalización de la situación de crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19. Así, decaen las medidas extraordinarias aprobadas estos años, como es el uso obligatorio de mascarillas en los ámbitos donde aún lo era.
La mascarilla empezó a ser obligatoria el 20 de mayo de 2020. Su uso se ha ido flexibilizando con los años, suprimiéndose primero en exteriores, luego en interiores y, ya en febrero de este año, en el transporte público. Seguían siendo obligatorias eso sí, para todas las enfermeras, fisioterapeutas y otros profesionales sanitarios, ya que se mantenían en centros sanitarios y sociosanitarios.
Más de 3 años después, las mascarillas dejan de ser obligatorias en todos los ámbitos
Tras el anuncio de la OMS del fin de la crisis, el Pleno del Consejo Interterritorial acordó por unanimidad el pasado 23 de junio la declaración de la finalización de la emergencia sanitaria y el fin de todas las medidas extraordinarias aprobadas durante estos años.
Ayer, el Consejo de Ministros aprobó finalmente el fin de la crisis sanitaria y con él, la aplicación de medidas extraordinarias. Tres años después, el uso de mascarilla deja de ser obligatorio para toda la ciudadanía, pasando a estar recomendado en algunos ámbitos.
De obligatorias a recomendadas
El acuerdo sí recoge una serie de recomendaciones, en línea con las orientaciones de la OMS. Entre ellas, destaca la de proteger a la población vulnerable. Así, aunque no sea obligatorio, sí se recomienda el uso de mascarilla tanto para personas con síntomas respiratorios como en centros sanitarios en los siguientes casos:
- Personas sintomáticas en espacios compartidos.
- Profesionales que atienden a casos sintomáticos.
- Personas que trabajan en UCI y unidades con pacientes vulnerables.
- Urgencias hospitalarias y de Atención Primaria, incluidas salas de espera.
En el caso de las enfermeras y otros profesionales sanitarios, para la recomendación en cuidados intensivos y con pacientes vulnerables se deriva a las propias recomendaciones de control de infección que aconsejen los Servicios de Medicina Preventiva y Prevención de Riesgos Laborales de cada centro.
En cuanto a las residencias de mayores y personas con discapacidad no se recomienda el uso universal de mascarillas, pero sí tomar precauciones adicionales en caso de síntomas en trabajadores, residentes o visitantes, con el fin de evitar brotes.
Otras medidas
El anexo del nuevo acuerdo recoge también otras recomendaciones como son la necesidad de fortalecer los recursos humanos. Una dotación de personal suficiente que asegure la atención continuada es fundamental para poder responder a emergencias sanitarias. De hecho, los datos muestran que contar con más enfermeras ha sido clave en esta pandemia: en aquellos países con mayor presencia de enfermeras ha habido menos contagios.
Además, se insta a mantener un sistema de vigilancia centinela que integre el seguimiento de la infección respiratoria aguda y a seguir avanzando en actividades de secuenciación genómica.
La promoción de la vacunación sigue siendo fundamental, tanto para la COVID-19 como frente a gripe o neumococo.
Finalmente, el acuerdo propone mantener la reserva estratégica sanitaria y los mecanismos de cogobernanza compartida. También fortalecer el marco estratégico de preparación y respuesta frente a emergencias sanitarias.
