Cerca de 45.000 enfermeras han solicitado al Ministerio de Seguridad Social poder acceder a la jubilación anticipada voluntaria. Una reclamación presentada por SATSE en 2021, que se fundamenta en los estudios que demuestran cómo las difíciles condiciones laborales de estos profesionales afectan a su salud y a la atención que se presta a las personas.
El envío de escritos por parte de las enfermeras interesadas es una iniciativa que SATSE impulsó dentro de su estrategia general para lograr que el Gobierno regule un coeficiente reductor de la edad de jubilación en favor de las enfermeras que prestan sus servicios en el ámbito sanitario o sociosanitario del sector público y privado.
El gobierno ignora a las enfermeras
El Sindicato lamenta que el Gobierno haya hecho caso omiso hasta ahora de esta solicitud. Insiste en que las exigencias propias del trabajo enfermero, ampliamente fundamentadas en la petición presentada al Ministerio de Seguridad Social, son de por sí motivo suficiente para tenerla en cuenta.
No reconocer el derecho a la jubilación anticipada para las enfermeras es un agravio difícil de olvidar para la profesión. Una profesión que asumió el papel más difícil en la reciente pandemia del COVID-19. Por ello, no entiende que se les niegue mientras que otros colectivos profesionales sí tienen derecho a jubilarse de manera anticipada.
Se niega a las enfermeras lo que sí conceden a otros colectivos
SATSE recuerda que esta modalidad de jubilación anticipada no supondría ningún gasto adicional para el sistema de Seguridad Social. Conlleva una cotización adicional de todo el colectivo afectado que financia dicho adelanto de la edad de jubilación.
Necesidad justificada
La organización sindical se dirigió, el 5 de octubre de 2021, al Ministerio de Seguridad Social, para solicitar formalmente el inicio de los trámites necesarios para proceder a la regulación de dicho coeficiente reductor. Hasta la fecha, no ha habido respuesta.
SATSE fundamentó su petición con numerosas referencias a estudios científicos que avalan que las enfermeras sufren una continua sobrecarga asistencial y estrés que conlleva también asumir un elevado nivel de responsabilidad. Además, están expuestas a distintos riesgos (biológicos, químicos, físicos, psicosociales…) y a unas difíciles condiciones, como el trabajo nocturno y a turnos.
Todos estos factores conllevan la aparición de determinadas patologías y problemas de salud que empeoran con el paso de los años, según demuestran distintos estudios nacionales e internacionales. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las enfermeras pierden cinco años de vida por cada 15 años de trabajo en turno de noche.
Afecta a los pacientes
Esta realidad laboral repercute negativamente en los pacientes. Por la naturaleza y complejidad de su trabajo, las enfermeras, necesitan una pericia y habilidades específicas, así como un estado de permanente alerta y vigilancia, que se ven afectados con el paso de los años.
La demanda de SATSE se justifica en el hecho de que la Ley General de la Seguridad Social prevé la posibilidad de rebajar la edad mínima de jubilación en aquellos grupos o actividades profesionales cuyos trabajos sean de naturaleza excepcionalmente penosa, tóxica, peligrosa o insalubre y acusen elevados índices de morbilidad o mortalidad.
En la actualidad, otros colectivos profesionales, como los policías locales y autonómicas, bomberos, el sector de la minería o del espectáculo ya pueden beneficiarse de esta posibilidad. El Sindicato demanda, por tanto, que las enfermeras tengan el mismo derecho y que no se las discrimine.